Joaquín Gómez Bas |
Claro que fui cuchillo y casa baja;
lengue de taura y percantina en fuga;
caralisa, matón que no se arruga;
sangre, mina, farol, trago y baraja.
También fui mugre, mishiadura y pena;
escolaso, cafúa y desencanto;
todas mancadas para curda y llanto
que se dan en la mala y en la buena.
Y fui canyengue de semilla fiera
que amarrocó la música fulera
y en el cuore del fueye se agrandó...
Ahora sólo soy melancolía,
un malevo al costado de la vía
que está esperando un tren que ya pasó.
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