De todo lo que lleva padecido:
bronca, quilombo, encane, pateadura,
el colmo de la bruta mishiadura
para la paica, es no tener marido.
Más no todo en la vida está perdido,
ni la porca miseria tanto dura,
que al fin le llegó un gil con metedura
que le dio, entre otras cosas, apellido.
El fato fue que cuando abrió el paquete
que aportó al matrimonio la fulana
y descubrió un pastel de la gran siete,
recomenzó la historia a ser como era:
ella a seguir yirando la manzana
y el avivado gil, en la catrera.
NYDA CUNIBERTI
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