Pedro Maffia, recientemente casado con una hermana del gran músico compositor Sebastián Piana, a raíz de ello decidió independizarse, dedicándome de inmediato a buscar un digno sucesor, y por cierto nada fácil esa aguja en el artístico pajar.
Pensé entonces, como anterioremtne lo hiciera, localizar a Enrique Pollet, no escatimando visitas a numerosas orquestas, y en la búsqueda... hasta el Café del Parque, cuyo conjunto típico en ese momento descansaba, haciendo una impasse a su labor.
Quiso la suerte, con ese detalle, facilitarme percibir en forma muy tenue a uno de sus componentes que, estudioso, detrás del palco de la orquesta, practicaba con su bandoneón.
Acercándome, vi a un muchacho, que pareció no verme, y siguió cual si estuviese solo, tocando con muy buena digitación; le pregunté cómo se llamaba:
-Blasco -respondió- ...y usted quién es?
-Julio De Caro.
Dejando su instrumento, se puso de pie para añadir:
-Permítame tocarlo, maestro, ya que sólo lo conozco a través de ir a escucharlo cuando puedo, porque su música me deleita.
De inmediato, por lo dicho, me dí cuenta que era ciego, y por disimular mi impresión, continué, como si no lo hubiese notado:
-¿Cuando tiempo hace que estudias?
-Dos años.
-Bueno, ahora podré apreciarte cuando salgan todos a tocar...
-Es que... ésta... no es mi especialidad... lo mío es el violín...
-Caramba, pero no importa... hazme oír algo en el bandoneón (cosa que hizo con "Buen amigo"); y asombrándome su retentiva auditiva, tal cual lo hiciesen mis profesionales.
La orquesta que armó Julio De Caro en 1932. Blasco está sentado delante de Troilo |
Me despedí, no sin antes pedirle su dirección, para luego hablar con Laurenz sobre este magnífico hallazgo, quien, quedando solo al retirarse Maffia, toda la responsabilidad recaería sobre él, aunque su pericia ya lo ubicase entre los grandes.
Su respuesta no pudo ser más acertada, como también excelente idea:
-¿Por qué, maestro, no repetimos con Blasco lo que usted conmigo, cuando me conoció? Podríamos entrenarlo, ensayando en privado, y doy fe que es bueno; si lo trae, no escatimaré esfuerzo alguno.
Padrinazgo de Laurenz y, prácticamente su obra, correspondiendo generosamente a cuanto de anterior le brindásemos con Francisco. Justicia reconocer ean noble gesto de este extraordinario ejecutante que, a muy breve plazo, resumiría en una sola las escuelas de Maffia, Arolas, Minotto, Petrucelli y Carlos Marcucci.
El Sexteto de Julio de Caro en 1930. Blasco está detrás del violinista José Niesso |
Julio De Caro
Podemos escuchar al dúo Luarenz-Blasco interpretando el tango de Julio De Caro: Guardia vieja.