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jueves, 29 de febrero de 2024
miércoles, 28 de febrero de 2024
Reportaje a Cadícamo
por Francisco "Paco" Urondo.
En 1967 Francisco “Paco” Urondo y Enrique Cadícamo se cruzaron en una charla. Uno, Enrique, el hombre del esplendor de la bohemia «azul» -principesca- de los inicios del siglo XX. El otro, Paco, que observaba como “el viento de los tiempos modernos sopla bajo la ceniza” y arrasaba aquellas postales contadas por Cadícamo.
El encuentro entre ambos es un encuentro de dos escritores de generaciones y recorridos distintos. Es, tal vez, el encuentro de dos tiempos y fervores. El de Cadícamo, con su porteñismo, el champán, los cabarets, el arrabal y París. El de Paco, el del arte y el combate que comprueba -en palabras de Cadícamo- como “la falda pobre” comienza a ser reemplazada por la minifalda.
Pero Cadícamo sabía de la mirada en perspectiva. “Los tangos tienen que describir una época”, insistía el autor al que Gardel le grabó más de una veintena de tangos. Quería, en esa afirmación, decir que cada época debía tener su tango para “saber de qué locura estaban impregnados los días de ayer, de qué modo interpretábamos la vieja enfermedad de los hombres: el amor”.
Y agregaba hacia mediados de la década del 60: “No hay que hablar más del arrabal, de la mina que se escapó de la casa; eso era en el Buenos Aires de hace 20 años. El autor de ahora tiene temas a montones”. Años después, en otra charla y con otra óptica, dirá: “Al tango hay que dejarlo como está. Es una cosa nuestra, es un paisaje que quedó de antes. El tango ya quedó. Es imposible hablar de un tango que venga”. Quién sabe…
Cadicamo en 1967.
Autor de innumerables obras y clásicos como “Los mareados”, “Nostalgias”, “Che papusa, oí”, “Garúa”, “Apología tanguera” o “Rubí”, Enrique Cadícamo nació el 15 de julio de 1900 en General Rodríguez y murió, casi 100 años después, el 3 de diciembre de 1999. Su espíritu atravesado por el siglo XX, aún vigente en el cuerpo del tango, moldeó una parte importantísima de la musculatura poética del género.
El siguiente extracto forma parte del texto que Urondo escribió en 1967 para la edición de octubre de la revista Panorama.
Paco Urondo pregunta, Cadícamo responde,
-Urondo- ¿Ganó mucho dinero con sus letras de tango?
-Cadícamo- Bueno, he tenido suerte, pero nadie se hace rico con estas cosas…
U- Si dentro de 1000 años sus poemas terminaran siendo anónimos, ¿a usted le importaría?
C- De hecho sería una cosa que me seguiría, estuviera donde estuviera, hasta en la gusanera: siempre a uno le llega.
U- ¿Le tiene miedo a la muerte?
C- No. La verdad que, a la muerte, no; pero no me gustaría padecerla.
U- ¿Y a la decrepitud?
C- Me gustaría desaparecer de golpe. Cuando viajo en avión siempre pienso en estas cosas.
U- ¿Le gustan las cosas dramáticas?
C- No, no me gustan.
U- Pero la mayor parte de sus poemas son dramáticos.
C- Sí, pero duran un minuto y medio.
U- A usted le gusta el drama, pero que sea cortito…
C- Lo romántico me gusta mucho. Estuve viendo vez pasada Ana Karenina y me emocioné.
U- ¿Siente melancolía por las cosas perdidas, por las cosas del pasado?
C- Si; a veces quisiera que no hubiesen desaparecido nunca. Por ejemplo, me trae mucha nostalgia el barrio de San Telmo. Es un barrio que tendrían que haber conservado como estaba; la casa de Sobremonte, la casa de Liniers. Que lástima, porque eso va a desaparecer. Uno cierra los ojos y ve pasar a la mazorca y a los grandes payadores con la guitarra colgada a la espalda.
U- Entonces, ¿Qué le gusta más, el pasado o el presente?
C- El presente.
U- ¿Cuántos años hace que se casó?
C- Seis. La verdad es que he formado un hogar un poco tarde. Pero estoy muy contento. Ella me contagia un poco la alegría de la juventud, porque es una chica muy joven.
U- ¿Cómo se mantuvo soltero tanto tiempo?
C- Bueno; es un poquito despatarrada la vida de un hombre cuando anda en estas cosas y, a veces, se olvida de formar su propio hogar.
U-¿Dudaba antes de casarse?
C- La verdad que sí. Uno es como esos potros a los que les tiran el lazo y se lo saca con las patas. Pero ahora estoy contento. Nos queremos, somos muy amigos. He encontrado el último amigo verdadero de mi vida.
U- ¿Por qué en la conversación se ha confesado amigo de Manzi y de Cobián? ¿Y de Discépolo?
C-Nos conocimos mucho. Amistad íntima no; porque la verdad es que yo retaceaba un poco la intimidad. Era amigo de todos, pero la parte íntima uno a veces la dosifica. Discépolo fue un gran poeta (lo he llamado “el Shopenhauer del tango”), es innegable la belleza y profundidad de sus versos.
U- Se dice que usted es el hombre culto, refinado, que llega al tango. En verdad, tiene el aspecto de ser un europeo, o un play-boy.
C- No quiero que me confundan con alguien que tiene una cultura que no le permite llegar al tango con orgullo.
U- ¿No les tiene envidia a los interpretes de sus cosas que llegan a la fama, viven directamente el éxito, mientras usted queda- por así decirlo- arrinconado?
C- Soy retraído, un poco apático.
U-Es cierto, es retraído, pudoroso. No sé; escuchándolo, me acuerdo de la frase que dice: el calavera no chilla…
C- Uno se puede sentir orgulloso, y dar el frente y el perfil, cuando en realidad hay una obra profunda, un descubrimiento. El genio, a mí se me ocurre, es el que inventa, el que produce cosas raras.
U- ¿Y usted se considera un descubridor?
C- A mí se me ocurrió insistir en esto de las letras de los tangos, de la música popular, porque me sentía más libre que con la disciplina del estudio terrible de una carrera.
U- ¿Le hubiese gustado seguir una carrera?
C- Me gusta ser lo que soy.
U- ¿Y entonces por qué se queja?
C- No me doy importancia. Me parece que está bien. Este trabajo es una manera de hacer cantar al pueblo; puede hacer un mérito en esto de hacerlo cantar. Es un mérito, nada más; no es un galardón.
(Recreado por "Fractura expuesta")
domingo, 25 de febrero de 2024
Almanaque de ilusión
Héctor Marcó fue cantor, compositor, poeta, y dejó un groso reguero de páginas porque su reto era el de reinventarse, y la imaginación la trasladó a partituras que viborearon en los atriles de orquestas y cantantes. Se inspiró tanto en la interminable sustracción del amor, como en esas callecitas con olor de pizza y asado en que fue transcurriendo su vida tanguera.
Me he ocupado varias veces de este personaje con quien compartí lindos momentos en el Balneario "El Ancla", de Vicente López, donde actuaba con su orquesta y también en los hipódromos de Palermo y San Isidro, dado que era muy aficionado a las carreras y apuestas con los pingos. Simpático a carta cabal, su trato fue siempre cordial y ameno. Y yo le tiraba sus temas que nos engolosinaban para bailarlos..
Este que traigo hoy a la página, no tuvo gran trascendencia pero la grabación de D'Arienzo con su cantor Alberto Reynal, sigue sonando en las salas milongueras y tiene mucho gancho. El violinista Alberto Tavarozzi le puso música a los versos de Marcó, y D'Arienzo decidió utilizar solamente la segunda parte donde queda reflejada esa semana de ilusión amorosa.
¡Ilusión!
Tuve el lunes de tu cita...
¡Tentación!
¡Viví el martes con tu beso!
Y al llegar ese miércoles, vidita,
deshojé una margarita
que en mis manos sollozó...
¡Fui feliz!
¡Al sentirte un jueves mía!
Y un temor
trajo en viernes mi quebranto.
¡Por tu amor!,
oyó el sábado mi llanto.
Y un... ¡domingo fatal!,
todo acabó...
Realmente fue todo un acierto de D'Arienzo, que lo habló con el autor antes de tomar esa decisión, y lo cierto es que el resto del tema es bastante espeso y muy dificultoso para lucir en el pentagrama musical. Le vino de perillas incluso a Reynal que no lució demasiado con la orquesta del Rey del compás, aunque dejó 16 registros discográficos en la orquesta, entre abril de 1940 y el mismo mes de 1942.
Almanaque de ilusión fue llevado al disco por D'Arienzo-Reynal, el 26 de febrero de 1941 y lo podemos revivir una vez más.
jueves, 22 de febrero de 2024
PODCAST: La usina del tango
José María Otero: el gran difusor del tango en Madrid
El Debate
20/02/2024
El periodista José María Otero visitó el programa «La usina del tango», conducido por el pianista Juan Esteban Cuacci y el periodista Hernán Dobry en El Debate para conversar sobre su vinculación con el tango en España.
En paralelo a su carrera profesional como columnista del diario El País y corresponsal de varios medios, se desempeñó como presidente de la Academia Hispano-argentina del Tango y como coordinador y musicalizador de milongas en Madrid.
Escuchar aquí 🔗 Podcast: La usina del tango
Así se expresa Horacio Salgán
en el Prólogo de su "Curso de Tango" 2001:
-Escribir este Cusro de Tango es para mí una obligación y un gran placer.
-Es una obligación porque, como agradecimiento por haber tenido la suerte de haber podido formarme en las Orquestas, donde aprendí a tocar el Tango, quiero retribuir en algo (de lo mucho que debo) escribiendo este Curso.
-Las Orquestas eran un crisol donde las ideas de sus integrantes y/o de otros músicos, algunos de ellos verdaderos creadores, se experimentaban, se tocaban, y se sumaban para crear estilos de ejecución, formas rítmicas, etc. Estos aportes fueron los que, poco a poco llevaron al Tango al altísimo nivel musical al que ha llegado.
-Actualmente, no es nada fácil el pertenecer a una Orquesta, considerando el escaso número de ellas que subsiste. Esto dificulta, a quienes quieren formarse dentro del género Tango, la posibilidad de acceder al amplio conocimiento necesario para su ejecución e interpretación.
No olvidemos que las Orquestas han sido siempre las mejores escuelas para este aprendizaje. Y es un gran placer el poder transmitir y compartir lo que aprendí, tratando en lo posible de no omitir nada, (pues esa es mi real intención) recurriendo a mi memoria, que, para mi suerte, todavía me ayuda.
martes, 20 de febrero de 2024
Arrabalero
Es bueno recordar este tango que lleva versos de Eduardo Souto Calvo, un gallego de Padrón, llegado con la familia y sus 13 años a la Reina del Plata, que le daría todo el ornamento para que pudiera lucirse tempranamente como poeta. Es cierto que regentó cabarets en el centro porteño, tuvo el suyo, muy lujoso ("Imperio"), frente al Obelisco, pero también desarrolló gran carrera en el ambiente teatral, donde mostró sus dotes de organizador, montando compañías que incluso realizaron giras por provincias y países vecinos.
Para esas obras de teatro concibió algunos tangos, como estaba de moda en la época, y algunos de ellos tendrían trascendencia. Su obra incluye temas de otros ritmos como pasodobles, rumbas, zambas y demás géneros, lo que muestra una ductilidad especial y adaptabilidad para su pluma poética inspirada y flirteando con la fantasía, incluso. La sentimentalidad del tango lo atrapa en la coctelera del texto.
Y así firma obras como Bésame en la boca (con José María Rizzuti) que estrenaría Ada Falcón en el Cuarto Baile de los aviadores, realizado en el Teatro Ópera, en 1926, He visto en tus ojos (1928, con Francisco Canaro), Pinturita (con Fresedo, en 1926), Corazón callate un poco (con José María Rizzuti y César Ginzo), Amar a besos (con Rizzuti, 1926) y otras.
Hoy nos detenemos en Arrabalero, un tango que tuvo gran pegada, y es de los más exitosos de Fresedo. Lo grabó por primera vez en 1927, en forma instrumental y lo seguiría llevando al disco a lo largo de su exitosa carrera. En 1939 también instrumental y en 1959 con la voz de Blanca Mooney. Entre la grabación de Juan Maglio y la de Emilio Balcarce con la Escuela del tango, hay 26 registros del tema.
La música de Fresedo es muy llegadora, incluso para bailarla. Pero son destacables también los versos de Calvo que en este caso usa una poética lunfarda, contrastante con el estilo fresediano. Y sin embargo encajan muy bien y le dan un tinte especial, que cuadran con la sentimentalidad del tango. Lo curioso es que, chocando con el título, el personaje del relato es una mujer.
que en el suburbio pasó la vida;
soy la percanta que fue querida
de aquel malevo que la amuró.
Soy el orgullo del barrio entero,
tengo una efe que es mi ilusión,
pues soy criolla, soy milonguera,
quiero a mi hombre en de corazón.
del arrabal porteño,
lo conocí en un sueño,
le di mi corazón.
Supe que era malevo,
lo quise con locura,
sufrí por su ventura
con santa devoción.
Ahora, aunque me faje,
purrete arrabalero,
ya sabe que lo quiero
con toda mi ilusión,
y que soy toda suya,
que suyo es mi cariño,
que nuestro será el niño
obra del metejón.
arrabalero de Puente Alsina;
se juega entero por esa mina
porque la sabe de corazón.
Pero si un día llega a engañarme
como hacen otros con sus mujeres,
esta percanta que ríe y canta
llorará sangre por su traición.
domingo, 18 de febrero de 2024
ROTISERÍA ARGENTINA
(El entrepiso)
se encendían arañas luminosas
y a tu comedor
llegaba lo mejor
de los dandys de ayer
con amigas lujosas..
lunes, 12 de febrero de 2024
Moneda de cobre
Este tango lo compusieron en 1942 el poeta Horacio Sanguineti y el cantor-compositor Carlos Viván. dos creadores de fuste que dejaron su marca en grabaciones de orquestas y cantantes. Entre ambos crearon también los tangos Amiga, El Barco María y la Milonga para Gardel. Hay que tener en cuenta que la frondosa y exitosa obra de Sanguinetti la escribió en poco tiempo, dado que fallecíó a los 43 años.
Cada vez que debo comentar un tema suyo, tengo que abravar en el laberinto de insatisfacciones que horadaron su vida y que lo llevaron a la autodestrucción, tempranamente, y en pleno éxito. Porque lo suyo es digno de alabanza, ahondar en cada verso para contemplar su derrumbe emocional, aunque en el caso del tango que traigo a la palestra tiene otros perfiles.
El hecho de que Moneda de cobre haya sido grabada por Tanturi-Castillo (1942, Demare-Berón (1943) Héctor Varela-Argentino Ledesma 1953), Belussi-Requena (1960), Luis Cardei con el fueye de Antonio Pisano (1995) o Ariel Ardit, entre otros, y que lo hayan instalado en su repertorio, da una pauta sobre la polenta de un tema que escuchamos reiteradamente. Los versos de Sanguinetti describen la historia de una muchacha morena producto de la esclavitud que sembraron los ingleses en Argentina y Uruguay, derivada de una ley que les permitió dicho tráfico, a partir de 1588. Y narra la trayectoria de la humilde jovencita que nació en una zona pobretona, hija de padre rubio, madre negra y finalmente es ubicada para trabajar en un cabaret. Su belleza natural se irá despintando rápidamente.
Tu padre era rubio, borracho y malevo,
tu madre era negra con labios malvón.
Mulata naciste con ojos de cielo
y mota en el pelo de negro carbón.
Creciste entre el lodo de un barrio muy pobre,
cumpliste veinte años en un cabaret.
Y ahora te llaman moneda de cobre
porque vieja y triste muy poco valés.
Las palabras tango y milonga tiene origen africano y la milonguera que luce su estampa en el Folies Bergère es descendiente de esclava y ha saltado al cabaret después de su paso triunfal por la milonga.. El constante tableau vivant, las madrugadas interminables en esos antros de perdición, la van destruyendo rápidamente, quedando atrás la familia, el barrio, y se va reflejando su vida más allá del fulgor de la instantánea.
Moneda de cobre,
yo sé que ayer fuiste hermosa;
yo con tus alas de rosa
te vi volar mariposa
y después te vi caer...
Moneda de fango,
¡Qué bien bailabas el tango!...
Qué linda estabas entonces,
como una reina de bronce,
allá en el "Folies Berger".
Aquel barrio triste de barro y de latas
igual que tu vida desapareció...
Pasaron veinte años, querida mulata,
no existen tus padres, no existe el farol.
Quizás en la esquina te quedes perdida
buscando la casa que te vio nacer;
seguí, no te pares, no muestres la herida...
No llores mulata, total, ¡para qué!
Me gusta la versión de Lucio Demare con la voz de Raúl Berón. Lo grabaron el 1 de abril de 1943.
Y también, claro, la milonguera de Ricardo Tanturi con Alberto Castillo llevada al disco el 4 de diciembre de 1942.
viernes, 9 de febrero de 2024
"Los arregladores...
Tal como sucede en la literatura, se ha señalado que la publicación de una obra representa un alivio para el autor, ya que cesará en la corrección constante con el fin de embellecerla. En la música, este proceso es similar, aunque con la particularidad de que la ejecución es un asunto individual, permitiendo que la obra sea interpretada de manera única en cada ocasión, según el intérprete. La insatisfacción y la búsqueda de la perfección llevan al artista a intentar mejorar tanto su propia obra como la de otros, guiados por su sensibilidad y criterio estético.
El término "arreglo" se refiere a la intervención que se realiza en la composición escrita por el músico, mientras que la "orquestación" se vincula con la elección de los instrumentos o voces para llevar a cabo esta decisión.
En la música clásica, cada detalle está minuciosamente anotado por el compositor, y el intérprete respeta estas indicaciones de manera rigurosa. En cambio, en la música popular, a menudo solo se dispone de partes para piano que sirven como guía melódica, con algunos acordes básicos. Por tanto, es necesario darle forma y enriquecer musicalmente lo escrito mediante un arreglo.
Cuando el intérprete o el director de la orquesta no tienen la capacidad de realizar el arreglo, acuden a un músico arreglador. Este trabajo no solo embellece la obra según el gusto o la inspiración del arreglador, sino que a menudo es una necesidad cuando la partitura original es limitada.
El arreglo permite introducir cambios en las melodías, en los acordes armónicos, establecer contramelodías, pasajes, solos de instrumentos, adornos, ligados y staccatos, inventar variaciones y crear acompañamientos para voces cantadas. En última instancia, es una recreación y embellecimiento del tema original, a veces necesario debido a las carencias de la partitura original o para imprimir un estilo particular.
Argentino Galván |
Un buen arreglador logra todo esto sin perder la esencia de la melodía ni el espíritu de la obra original. No obstante, es común encontrarse con arreglos extravagantes en tangos clásicos que hacen que sea imposible reconocer la melodía original.
La orquestación implica decidir qué instrumentos o voces ejecutarán lo concebido en el arreglo. Esto incluye determinar si ciertas secciones serán interpretadas por bandoneones, violines u otros instrumentos, y si un pasaje será ejecutado al unísono o con voces separadas. La orquestación busca lograr equilibrio en el conjunto, así como un buen diseño y acabado de la pieza musical. Es evidente que el arreglo y la orquestación son elementos clave que definen los estilos de los diferentes intérpretes, otorgándole a cada ejecución un matiz distintivo. Considero que sin un arreglo, la ejecución de una obra no sería posible.
Numerosos ejemplos demuestran la influencia de un arreglador en la interpretación de una obra. Un caso destacado fue el de Osmar Maderna en la orquesta de Miguel Caló; tras su fallecimiento, la orquesta continuó con el mismo estilo.
Entre los arregladores, excluyendo a los grandes directores que realizaban sus propios arreglos, se pueden mencionar nombres como Julio Ahumada, Enrique Alessio, Celso Amato, Héctor Artola, Alfredo Attadía, Emilio Balcarce, José Bragato, Víctor Buchino, Gabriel Clausi, Edelmiro D'Amario, Martín Darré, Eduardo Del Piano, Mario Demarco, Jorge Dragone, Nito Farace, Argentino Galván, Carlos García, Juan Carlos Howard, Armando Lacava, Carlos Lazzari, Horacio Malvicino, Pascual Mamone, Mario Maurano, Osvaldo Montes, Máximo Mori, Miguel Nijensohn, Roberto Pansera, Juan Polito, Osvaldo Requena, Tito Ribero, Aquiles Roggero, Julio Rosenberg, Ernesto Rossi, Fulvio Salamanca, Federico Scorticati, Ismael Spitalnik, Luis Stazo, Orlando Trípodi, entre muchos otros.
Marcelo Castelo Tango II (Texto reformado del original de Daniel Lomuto)
lunes, 5 de febrero de 2024
De cada pueblo un paisano...
Sí, hoy hablamos en términos milongueros y te voy a decir qué tema me gusta bailar de cada orquesta. O al menos de la mayoría que suenan en la milonga.Tomá nota.:
D'Agostino Vargas: Tres esquinas
De Angelis/Julio Martel: Jirón porteño (Oro muerto)
Donato/Horacio Lagos: Ella es así (M)
Osvaldo Pugliese: Suipacha
Lucio Demare-Berón: Se fue (V)
Carlos Di Sarli: Nobleza de arrabal
Ricardo Tanturi: Comparsa criolla
Juan D'Arienzo El simpático
Enrique Rodríguez/Armando Moreno: Con tu mirar (V)
Julio De Caro/Luis Díaz: Sacachispas (M)
Osvaldo Fresedo: Arrabalero
Rodolfo Biagi-Duval-Heredia: Adoración (V)
Aníbal Troilo/Fiorentino: Te aconsejo que me olvides
Pedro Laurenz: Firuletear de bandoneón
Francisco Canaro/Roberto Maida: El adiós
Miguel Caló/Raúl Berón: Corazón no le hagas caso
Ricardo Malerba/Orlando Medina: Embrujamiento
(Si me preguntás mañana, lo mismo te hago otra lista... pero ésta, dejámela que se me van los remos...)
sábado, 3 de febrero de 2024
La cumparsita
Anoche lo bailé una vez más a este tango inmortal de Gerardo Matos Rodríguez que te llega bien adentro. Tiene algo especial y por más que pasen los años seguirá haciéndole caricias a nuestros cuores y en la pista te llama de inmediato a formar... Cómo será su peso que las milongas cierran con el tango nacido en 1917, e interpretado por la orquesta de Roberto Firpo, en el café La Giralda, ese boliche montevideano que estaba ubicado en donde se levanta hoy el Palacio Salvo.
El café La Giralda donde se estrenó el tango de Matos Rodríguez |
Lo han tocado orquestas de todo tipo en el mundo, pianistas, bandoneonistas e incluso cantantes recreando sus versos, creados a posteriores, tanto los de Contursi y Maroni, como los propios que le adosaría el autor de la música. Troilo, por ejemplo lo grabó en cuatro ocasiones. D'Arienzo lo hizo en siete versiones incluso cantando Carlos Dante (1928) y Raquel Notar (1929).
Como ejemplo de lo que representa esta pieza en el vademécum tanguero, valdría la pena repasar las orquestas típicas y cantores que lo llevaron al disco.
La cumparsita
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jueves, 1 de febrero de 2024
Barrio de tango
...y a lo lejos la voz de un bandoneón....
Alberto Castillo cantaba en aquel valsecito de Petit y Scianmarella: "Cien barrios porteños / cien barrios de amor...", aunque en realidad son 48, los barrios porteños. Y en todos ellos ha prendido el tango y en cada uno de esos barrios han nacido y han vivido personajes destacados del género musical nacido en Buenos Aires y que se ha extendido en casi todo el mundo, a lo largo de la historia.
Por eso pensaba destacar precisamente el origen barrial de tantos tangueros de peso, o el lugar donde se criaron. Porque, por ejemplo, yo nací en Villa Urquiza, pero desde niño viví con mi familia en Parque Patricios, al que considero mi barrio, aunque haya mudado, incluso de país. Porque allí me he formado, conocí de pibe el tango, lo bailo desde los 17 años y está implantado en mi cuore para siempre.
El tango y los barrios.