Abundando en el tema viene a mi mente la figura de María Luisa Carnelli. Esa mujer escritora, poeta y luchadora, que incluso estuvo en Madrid cubriendo la guerra civil española y apoyando al bando republicano, junto con grandes figuras de la intelectualidad iberoamericana y europea, que, adelantada muchos años a su época demostró una personalidad fuera de lo común y ejemplarizante.
Porque proviniendo de una familia burguesa radicada en La Plata -capital bonaerense- con diez hijos, que tenían totalmente prohibido escuchar tangos, con sus hermanos mayores lo hacían a escondidas. Entre 1923 y 1930 publicó 4 libros de poemas. Cursando el secundario se enamoró de un compañero, se casaría con él una vez finalizados esos estudios y tuvieron un hijo. Pero ella no veía el mundo desde esa situación y se separó marchándose con su bebé a Buenos Aires.
Allí entraría en la revista El Hogar y en poco tiempo recorrería las más importantes redacciones de la época, destacándose por su pluma ágil y certera en el tratamiento de las noticias diarias. En la redacción del vespertino Crítica, conoce a quien será su compañero sentimental: Enrique González Tuñón. Y soportará la condena social con el rótulo que la sociedad imprime a esa unión, sin la licencia matrimonial o eclesial: concubina.
El tango, prohibido en su casa platense, que le valió un duro castigo a su hermana por bailarlo en una fiesta de casamiento, la tendrá como protagonista, de un modo casual al principio y por consanguineidad, posteriormente. Julio De Caro, en 1927 le pidió a Carlos De la Púa unos versos para su tango El malevo. Éste último, conocido poeta lunfardo, no escribía tango y le pasó la posta a su compañero Enrique González Tuñón, que tampoco era ducho en este tema. Se lo encargó a María Luisa. Y así escribe su primer letra de tango, que dedica al Malevo Muñoz, como llamaban a Carlos De la Púa. Julio de Caro lo graba en forma instrumental, pero Rosita Quiroga, a quien le venían a medida ese tipo de versos, lo grabó enseguida.
-Entre guapos de
acción, copaste la cabán / te sobra corazón: sos
un orre pur-sang. / Perdoná el berretín
hermano... ¡Que querés! / me ha dado el ventolín
de batir que valés.../ Lo tengo que decir:
muñeca pa´ tallar / y labia pa engrupir
nunca te va a faltar / porque sos el mejor
reo de la ciudad / canchero,
arrastrador... ¡Te sobra autoridad!
Ese mismo año, con Francisco De Caro, compone Primer agua, que grabará Julio De Caro con su orquesta y el cantor Félix Gutiérrez, mostrando sus credenciales poéticas y tangueras, tan disonantes con el marchamo de la época y del género, donde prevalecían los versos machos y sus autores all'uso. Tal vez por ello usaría como nom de plume el nombre de su hijo: Luis Mario o Mario Castro.
-Del arrabal un día salió / y al asfalto del centro enderezó / pa' cabuliar / el marroquín / abandonó el
mistongo cafetín. / Cuando rajó, la cusifai / quedó cantando triste el ay, ay, ay / y en el cuarto sin luz / aún llora el repeluz / del mozo pierna y forfait.
Con el mismo pianista, pilar de vanguardia, firmarán Dos lunares y ya lanzada, engancha con Juan de Dios Filiberto el éxito que la consagra definitivamente: Cuando llora la milonga. Un día le preguntarían a María Luisa, por qué escribía tango y ella contestó que "porque sobreviven más, por su popularidad. Y porque con un solo tango que escribí: Cuando llora la milonga, gané más que con los 8 libros publicados". Se quejaría de que Filiberto le cambió algunas cosas, pero Gardel le grabaría este tango y P'al cambalache que compuso con Rafael Rossi, a la vez que le confesaba que admiraba la letra de sus tangos, máxime por provenir de una mujer.... Que había nacido en 1898...
Viviría una gran vida intelecutal junto a su pareja y a personalidades de la cultura como Nicolás Olivari, Conrado Nalé Roxlo, Alberto Gerchunoff, Norah Lange, Pablo Suero, músicos, periodistas. Y en España frecuentaría reuniones y amistad con Antonio Machado, Pablo Neruda, Rafael Alberti, Nicolás Guillén, Ernest Hemingway, Ilya Erhenburg, Siqueiros, Bergamín y muchos otros.
Dejó la estela de sus milongas con Roberto Selles, o con Donato y Zerrillo el exitoso y metafórico Se va la vida. En 1930 ganó el primer premio en un concurso con el tango que compusieran con Filiberto: Linyera. Incluso otros temas con músicos como Rafael Rossi, Julio De Caro, Ricardo Luis Brignolo, Ernesto Ponzio, Luis Teisseire, Sebastián Piana, Ernesto De La Cruz, José Servidio. Edgardo Donato. Y folklore: gatos, zambas, rancheras, estilos. Una adelantada a su tiempo, que quizás tendría sucesora, años más tarde en la persona de Eladia Blázquez.
La recordamos precisamente en su famoso tango: Se va la vida, que compusiera con Edgardo Donato, y que éste grabara con su orquesta en tres oportunidades. En este caso se trata del que canta Carlos Almada y que grabara en discos Pampa el 16 de octubre de 1950.