La estrenó Pichuco con la voz de Angelito Cárdenas (Ángel Bartolí) en la segunda mitad de los años cincuenta y, como era de esperar en la primera unión autoral de dos personalidades semejantes, fue suceso desde la largada.
Me lo encontré a Cárdenas en el centro de Madrid, Plaza Callao, allá por 1976/77. Sabía que estaba residiendo en Estados Unidos y me llamó la atención verlo en la capital de España. Nos fuimos a la vecina oficina de Alberto Martínez (autor de Yo tengo un pecado nuevo, Andrajos, Coplas, Quien lo habría de pensar) que estaba situada en la calle Jacometrezo. Alberto era representante de SADAIC, un tipo muy amable y conversador, y nos recibió con gran alegría.
En el tiempo ralentizado del café que sirvió el anfitrión, nos largamos a charlar como locos. Cárdenas era muy elocuente hablando, y yo había tenido prueba de ello cuando nos encontrábamos en los baños turcos, en Buenos Aires. Y entre anécdotas y novedades, surgió el tema de este tango que le permitió a Cárdenas escalar un peldaño más en la popularidad que fermentó con su ingreso en 1956 en la orquesta de Troilo.
Por su manera de ser, Pichuco y Expósito se querían mucho. Además, ambos vivían en pleno centro de una ciudad que parecía un país. Pero, de repente, Troilo le agarró manía y no quería ni verlo.
Homero Expósito |
"Yo le insistía al Gordo en que tenían que hacer algo juntos", contaba Cárdenas. Pero no había caso. Y le decía: "Te va a pasar como con Discépolo que no hiciste nada con él". Al final lo convencí y fuí a verlo a Homero: "¡Ché, loco!, escribite una letra que se la llevo a Pichuco para que la musicalice y la grabamos. Y lo canto yo".
Y a los pocos días Expósito le entregó los versos de Te llaman malevo, a los que Troilo le puso música y lo grabó la orquesta con la voz de Cárdenas el 10 de julio de 1957. Ocho años más tarde, Pichuco volvería a llevarla al disco cantándolo, esta vez, Tito Reyes.
Y a los dos fenómenos de la poesía y la música, les salió esto:
09 - Te llaman malevo
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