Verla bailar es como un acto de encantamiento y las muchachas entiendo que pretendan extraer algunas hilachas de sus costuras reforzadas y engalanadas.
Y nosotros envidiamos a los galanes que fermentan con ella en las pistas, el tango de siempre, el natural, el que no admite sucedáneos ni escaramuzas descoloridas.
Por eso la vuelvo a traer al Blog. Y además le dedico un poema. El que me sale de adentro.
Alas de tango
(A Alejandra Mantiñán)
Esbelta
Disciplinando el cuerpo
En su liviandad de pájaro,
El tiempo en suspenso
Abrazo que desliza cauteloso
El estilo y la estructura son la esencia
Cuando desasida de sujeciones
Alumbra la magia del momento.
(Perfil malandraca
Pichuqueada el alma
Mugre de chirusa
Yeites bienmilonga
La pista es su nido
De golondrina
errante)
Un impulso creador revela la estética de la recepción
Los matices entran en juego
Cambian la apreciación del perfil y la bailarina
Y el azaroso vínculo entre generaciones
El tango como postura
Sus códigos
Unos tempi que
aceleran las piernas
Su lenguaje corporal y gestual
Aspira a contener lo fugaz en una duración inmóvil
Con toda su feroz contundencia,
Fundida en un paso de danza expresionista
Como transportada por un viento sigiloso
En la celebrada fertilidad del artista sin sosiego
Una coreografía cósmica
Llena de armonía y autoconsistencia
De caderas uncidas en bisagras
Almacena la memoria
Etérea y volátil
Como la fe y la juventud
La armonía surgiendo del desorden
Crece como un
soufleé prodigioso
Convertida en estructura alegórica
Y enroscada en su peso
En la tentación de la hipérbole
Siluetea formas inalcanzables.
jmo
Y para que no queden dudas vamos a disfrutar viéndola enmilongar la pista e invitándonos a salir corriendo hacia una milonga para sacarnos la fiebre.
Acá nuevamente está bailando con el Mickey Rooney criollo, Aoniken Quiroga, en Belgrado. La zurda de Alejandra parece la de Messi. ¡Que swing tiene la muchacha, porfa!
Y una milonguita para jugar un poco. ¡Hay que seguirlo al gordito, ojo!
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