viernes, 11 de enero de 2013

Te llaman malevo

Esta bella página que pinta las peripecias del desamor, desde el ángulo del tangamente caricaturizado malevo, está en minoría dentro de la estilística de Homero Expósito, y contiene a su vez una  intrahistoria, por la anécdota de su sociedad con Aníbal Troilo, en la concreción de la misma.

La estrenó Pichuco con la voz de Angelito Cárdenas (Ángel Bartolí) en la segunda mitad de los años cincuenta y, como era de esperar en la primera unión autoral de dos personalidades semejantes, fue suceso desde la largada.

                                                                                Me lo encontré a Cárdenas en el centro de Madrid, Plaza Callao, allá por 1976/77. Sabía que estaba residiendo en Estados Unidos y me llamó la atención verlo en la capital de España. Nos fuimos a la vecina oficina de Alberto Martínez (autor de Yo tengo un pecado nuevo, Andrajos, Coplas, Quien lo habría de pensar) que estaba situada en la calle Jacometrezo. Alberto era representante de SADAIC, un tipo muy amable y conversador, y nos recibió con gran alegría.

En el tiempo ralentizado del café que sirvió el anfitrión, nos largamos a charlar como locos. Cárdenas era muy elocuente hablando, y yo había tenido prueba de ello cuando nos encontrábamos en los baños turcos, en Buenos Aires. Y entre anécdotas y novedades, surgió el tema de este tango que le permitió a Cárdenas escalar un peldaño más en la popularidad que fermentó con su ingreso en 1956 en la orquesta de Troilo.

Por su manera de ser, Pichuco y Expósito se querían mucho. Además, ambos vivían en pleno centro de una ciudad que parecía un país. Pero, de repente, Troilo le agarró manía y no quería ni verlo.
                                                                                         
Homero Expósito
El motivo estribaba en que en los carnavales del año anterior, la orquesta fue contratada para actuar las 7 noches en un club de Mataderos. La primera noche llegaron en el autobús con la orquesta y los locutores de moda, Pinky y Brizuela Méndez. Al llegar se encontraron con una multitud en la calle y se alegraron pensando en el éxito que tendrían, en una época flaca para el tango. Pero fue una decepción porque en realidad iban a otro club vecino a ver a Billy Cafaro (Luis María Cafaro) un baladista y cantante de rock que pegaba fuerte en esos días. Cafaro era primo de Homero y Virgilio Expósito (con quien había cantado en Zárate), y Pichuco no lo puso soportar. Y ahí le vino la mufa con Homero.

 "Yo le insistía al Gordo en que tenían que hacer algo juntos", contaba Cárdenas. Pero no había caso. Y le decía: "Te va a pasar como con Discépolo que no hiciste nada con él". Al final lo convencí y fuí a verlo a Homero: "¡Ché, loco!, escribite una letra que se la llevo a Pichuco para que la musicalice y la grabamos. Y lo canto yo".

Y a los pocos días Expósito le entregó los versos de Te llaman malevo, a los que Troilo le puso música y lo grabó la orquesta con la voz de Cárdenas el 10 de julio de 1957. Ocho años más tarde, Pichuco volvería a llevarla al disco cantándolo, esta vez, Tito Reyes.

Y a los dos fenómenos de la poesía y la música, les salió esto:

09 - Te llaman malevo

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