El canto corre a cuenta de Agustín Magaldi, un casildense que llegó a disputarle la popularidad a Carlos Gardel, de quien fue gran amigo. Y de quien aclaró, a raíz de la preferencia popular entre Gardel, Magaldi y Corsini: "El viejo es el mejor de todos y el papá de los demás cantores de tango".
La grabación que realizara en el año 1929 con la orquesta Donato-Zerrillo para el sello Brunswick es realmente original y difícil de desentrañar por su extraña realización.
Agustín Magaldi a la izquierda, junto a Edgardo Donato. |
Arranca la orquesta con los compases iniciales, incluso hay una bellísima variación de bandoneón a cargo de Héctor María Artola (en ese relleno que en el ambiente se denomina verduritas por el compás que le falta de inicio al tema ) y de repente se detiene la orquesta, y arrancan las guitarras de Magaldi, cuando está el tema llegando a los dos minutos de grabación. El cantor con su melodiosa voz hace la primera parte del tango, acompañado por sus guitarras y en el minuto 2.30, hace mutis por el foro con sus violas.
Y ahí vuelve la orquesta con un final -como al principio- con el dueto de los violines directores: Edgardo Donato y Roberto Zerrillo.
Una rareza discográfica que adorna este blog y que acá podemos escuchar.
La cumparsita-Agustín Magaldi
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