La cosa jué por el sur,
y aconteció n'el ochenta
ayá en los Corrales Viejos,
por la caye de la Arena.
Salga el sol, salga la luna,
salga la estreya mayor.
La cita es en La Blanquiada;
naide falte a la riunión...
Los hombres dentraron serios
y cayao el mujerío:
siempre se yega a un bailongo
como al cruce del destino.
Tocaron tres musicantes
haciendo punt'al festejo:
con flauta, guitarra y arpa,
un rubio, un pardo y un negro.
Salieron los bailarines
por valse, mazurca y polca;
y entre medio, una pareja
salió bailando otra cosa.
El era un güen cuchiyero,
pero de genio prudente.
Eya una china pintona,
mejorando lo presente.
Eya se llamaba Flora
y él se apellidaba Trejo:
con cortes y con quebradas
lo firmaban en el suelo.
No lo hacían de compadres
¡y compadreaban sin güelta!
Al final bailaban solos
pa'contener a la rueda.
Bailaron una mestura
que no era pa'maturrangos,
de habanera con candombe,
de milonga con fandango.
Jué un domingo, en los Corrales
cuando inventaron el tango.
Francisco García Jiménez
(Nota: Los antiguos Corrales eran el actual Parque Patricios)
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