Gran curro el de la basura;
en este gran hormiguero
apenas soy un obrero, la guita es para el patrón.
El tiene sus manos limpias,
minga de oficio fulero,
por algo es politiquero
y dueño del corralón.
Unos tiran el sobrante
yo separo con esmero
porque este oficio tan fiero
me para justo el buyón.
No le temo a la tormenta
ni me achica el ser villero,
ciruja, peón, papelero,
de todo menos ladrón.
En Recoleta o Madero
piso barrio forastero
aunque el amigo portero
me respeta en la ocasión.
Camino de madrugada
yugando como el hornero,
me embarro en el entrevero
pa’mi nido de gorrión.
Mi viejo no tuvo escuela,
cuando cantó p’al carnero,
me dejó como heredero,
la honradez, de condición.
Tenga mano tayador
de mi destino fulero,
prefiero este derrotero
a que me apunte el botón
Yo solo pido un respeto,
por mis pibes dejo el cuero,
y en mis anhelos, primero:
El morfi y su educación.
No me ofenden las parolas
soy de verdá un cartonero,
pero cuido el gayinero
porque esa es mi obligación.
Pa’ la sociedá yo sé
que soy a la izquierda un cero
pero, atento compañero,
en decencia soy campeón.
Y con aires de milonga,
mientras revuelvo el chiquero,
voy cantando como el tero
pues me sobra corazón.
José María Otero
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