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viernes, 21 de mayo de 2021

Mandria

    Siempre recordaré aquella mañana de domingo cuando Rosita Quiroga aceptó una invitación que le hicimos con Papaleo para que acudiera a nuestro programa "Dialogando con swing" que iba los domingos de 8 a 12.30 de la mañana por radio Argentina. Se vino con la guitarra y cantó tres temas, bien arrabaleros, de esos que le dieran tanta fama en su época y charlamos lungo. 

   Mantenía la frescura de la interpretación y uno de esos tres temas fue precisamente éste que lleva versos de Francisco Brancatti y Juan Miguel Velich y música del pianista Juan Rodríguez, que fallecería dos años más tarde de su estreno, y con apenas 32 años y medio de edad. Mandria lo registró Rosita Quiroga en 1927 y fue toda una pegada porque el tema encajaba justo con su estilo tan personal y que la distinguiría siempre, especialmente con esos tangos que le fue fabricando Celedonio Flores en exclusividad. Nada menos que 24, que Rosita llevó al disco.

                                       
    En 1925, Rosita Quiroga grabó el shimmy ¡Pum, Garibaldi!, cuyos versos eran de esta misma dupla: El uruguayo Brancatti y Velich. Ambos arrancaron como cantores, después se unieron en teatro haciendo sainete con la Compañía de Comedias Victor. En ella también estaba Rosita Quiroga, Herminia Velich y otras figuras que militaban en el sello discográfico. 

   Un año más tarde de aquel tema que dio bastante que hablar en su momento, sus dos amigos Brancatti y Velich le arrimaron este tango que acababan de componer. A Rosita que era una arrabalera total y hablaba como cantaba, le encantó. Lo estrenaría en el teatro, lo cantó en radio y lo llevaría al disco acompañada de tres guitarristas, el 17 de marzo de 1927. Demás está decir que fue un golazo en toda regla y puso a Mandria en el candelero.

Rosita Quiroga con su infaltable guitarra
                                     
    Durante mucho tiempo, se interpretó el título del tango como si fuese de un maula. O sea un cobarde en palabra de tinte lunfardo. Pero mandria es un vocablo que figura en el Diccionario de la Lengua Española y que significa: Apocado, inútil, pusilánime y de escaso o ningún valor. Recuerdo también en una conferencia que dí en la madrileña Casa de Aragón, donde tengo la milonga, que uno de los asistentes, al final de la charla, me comentó que en su provincia aragonesa se usa mucho como sinónimo de vago, haragán. 

   Brancatti y Velich fueron autores además, de la letra de Amigazo, el tango que musicalizó Juan De Dios Filiberto. En los versos de Mandria, utilizan un lenguaje gauchesco, basados en el clásico duelo criollo, por el tema de la traición amorosa. Y el perjudicado en el lance del amor, le da ventajas a su rival para demostrarle a éste que es un inútil. O un mandria.

Tome mi poncho... No se aflija. 
¡Si hasta el cuchillo se lo presto!
cite, que en la cancha que usted elija
he de dir y en fija
no pondré mal gesto.
 
Yo con el cabo'e mi rebenque
tengo'e sobra pa'cobrarme...
Nunca he sido un maula, ¡se lo juro!
y en ningún apuro
me sabré achicar.
     
   Todo un esquema teatral de los que solían armar en aquellos escenarios sainetescos. Tiembla un momento el paisaje campero y espigan las palabras retratando esos bretes entre paisanos donde la vida pasa a valer muy poco, dependiendo del resultado del lance. Aletea la muerte sin abalorios retóricos y en la niebla del destino el hombre se confiesa ante el rival trasmitiéndole las oscuridades de nuestra naturaleza y la hora de la derrota, asentada en la médula de las palabras. Todo un final filosófico.

Por la mujer,                                                  
creamé, no lo busqué...
Es la acción
que le viché
al varón
que en mi rancho cobijé...
Es su maldad
la que hoy me hace sufrir:
Pa'matar
o pa'morir
vine a pelear
y el hombre ha de cumplir.

Pa'los sotretas de su laya
tengo güen brazo y estoy listo...
Tome...Abaraje si es de agaya,
que el varón que taya
debe estar previsto.
Esta es mi marca y me asujeto.
¡Pa'que pelear a un hombre mandria!
Váyase con ella la cobarde...
Dígale que es tarde
pero me cobré.
 
  Creo que vale la pena recordar la creación que hizo Rosita Quiroga de este tema. 

                            


    Y también la gran resurreción que hizo de este tango Juan D'Arienzo con su orquesta y la voz de Alberto Echagüe, grabándolo el 9 de agosto de 1939. Luego lo repetiría con Mario Bustos en 1957

                                         


  

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