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martes, 30 de octubre de 2012

Eugenio Nóbile. Tango y otros ritmos

Era un violinista eximio que provenía de una familia de músicos, procedentes de Calabria -Italia, (donde él nació en 1903 y llegó al año a la Argentina)- y lo mandaron a estudiar desde niño con destacados maestros.

Con pantalones cortos integraba orquestas que interpretaban zarzuelas y operetas en teatros céntricos y hasta coincidió con Juan D'Arienzo de compañero como violinistas de la famosa Rondalla Cauvilla Prim que convocaba a legiones de inmigrantes españoles con su música.

Pronto  lo llamaron a incorporarse a las filas del tango, aunque fuera un chiquilín y lo contrata el autor de La payanca, Augusto P. Berto para integrarse en su orquesta que toca en el recordado Bar Domínguez, de la calle Corrientes y en el Café Central, de Avenida de Mayo y Tacuarí.


Se lo llevará Juan Maglio Pacho a su aplaudida formación, para tocar en el desaparecidoTeatro de la Comedia que estaba frente al Mercado del Plata y  Nóbile ya empezaba a utilizar el violín-corneta que haría famoso  Julio De Caro y que había sido introducido en el tango inicial por José Pepino Bonano.

Cuando Elvino Vardaro debió suspender sus actuaciones en la orquesta de Pedro Maffia, el propio Vardaro le sugirió a Maffia que lo contratara en lugar suyo. Y a continuación forma en la fila de violines de Juan Carlos Cobián.

También estuvo en la  de Agesilao Ferrazano como segundo violín, junto al director. Realizado todo el periplo de aprendizaje forma orquesta con el pianista Juan Polito y los contrata la Compañía de discos Brunswick para varias grabaciones exitosas. La integraban: Juan Polito al piano; Fernando y Ángel Martín, Armando Blasco y Félix Verdi en bandoneones: Salvador Polito, Néstor Salvador y Eugenio Nóbile en violines y Francisco De Lorenzo al contrabajo.

Nóbile es el segundo, izq. parado junto a Ferrazano
Después decide tener su propio conjunto y para arrancar desfilan nada menos que por los Cafés Germinal y en el Guarany de la calle Lavalle, en el cine Paramount y el cabaret Imperio. En su elenco se integraron figuras de la talla de José Pascual, el autor de Arrabal, Eduardo Del Piano, Héctor Varela y hasta el Mono Enrique Villegas que tiempo después sería gran estrella del jazz.

En el camino va trenzando bellas páginas de tango como Quimeras, que luciría en el Sexteto triunfador de Julio De Caro, Se fini, grabado por la orquesta Bruswick, El Lido, dedicado a un local en Palermo en el que tocó y dirigió su orquesta, Cocoliche y Cuando hace falta un amigo, ambas con letra de Dante A. Linyera. Mi compañero y amigo Pepe Barcia, me decía que nunca le dio importancia alguna a sus composiciones, como le sucedía a sus colegas de entonces.

También dirigió la orquesta que tocó en una boite llamada Fragata de la calle Tucumán, entre Florida y san Martín. A Buenos Aires lo invadían las melodías centroamericanas, el jazz y el bolero, cuando estrenó en dicho reducto sus tangos Violino tzigano y Vívere. Y fue muy requerido para animar fiestas de la alta sociedad por el estilo fino de su orquesta.

Se sintió tocado por esas melodías románticas y como Lagnafieta, Armani, Raúl Fortunato y otros integrantes de las filas tangueras, comenzó a pensar en pasarse a esa música. En 1946 el maestro colombiano Lucho Bermúdez firmó un contrato de seis meses para tocar en Buenos Aires y grabar unos 60 temas en la RCA Víctor. Conformó una orquesta de 22 músicos entre los que estaban Eugenio Nóbile y Eduardo Armani.

Y entonces se decidió a dar el paso y formó su Gran Orquesta Panamericana que alegraría recintos noctámbulos, milongas donde acompañaba a una orquesta típica; y se lanzó a crear y tocar rumbas, porros, cumbias, foxtrots, boleros y lo que reclamaban los nuevos tiempos. Su estilo romántico atraía a los jóvenes de ambos sexos y yo recuerdo haberlo visto en directo en la Confitería Adlon y el Hotel Crillon.

Excelente músico y persona que dejó un gran recuerdo en todos quienes le conocieron en uno u otro ámbito, hoy lo recuerdo en dos temas suyos. En 1923 con  la orquesta de Juan Carlos Cobián tocando Cholita. Y Julio De Caro, en 1928, interpreta con su Sexteto: Quimeras.

09- Cholita

126 - Quimeras





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