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viernes, 10 de marzo de 2023

Porteño y bailarín (2)

 Los conventillos fueron el yacimiento de los grandes bailarines del 20, 30 y 40. Nombres legendarios como el del Mocho Undarz, Casimiro Aín, Petróleo, Tarila, El Cachafaz, Lalo Bello y tantos otros, surgieron  de esas modestas casas de inquilinato donde convivían familias de varias nacionalidades. 

   El vasquito Casimiro Aín fue uno de los integrantes de aquella pléyade de avanzada junto a Saborido, Muiño, Alippi, Supparo o Ducasse que se inscriben entre los destacados bailarines posteriores a 1900. Aín contribuyó en grado sumo a afirmar y estilizar las improvisadas figuras de los anónimos creadores de baile orillero. En 1913 el tango brillaba en París y El Vasquito fue contratado con su compañera -tuvo varias- y  4 músicos para una gira triunfal que duraría 7 años en Europa, En 1920 ganaría el Campeonato  mundial de danzas modernas en el teatro Marigny de París, y en su leyenda figurará una supuesta demostración ante el Papa Pío X que jamás se produjo.

                            

El vasco Aín y Edith Peggy

   También destacaría Bernabé Simara, con academia en Barcelona, y algunos de la alta sociedad como Ricardo Güiraldes o Eduardo Madero. Cadícamo, Troilo y D'Agostino señalaban a Undarz como el mejor bailarín de su época. Lo llamaban El Mocho, era carrero de profesión y Lalo Bello afirmaba que "El Mocho fue el gran transformador del estilo antiguo en el modo escénico del baile". Una de sus compañeras, lisboeta conocida como "La Portuguesita" -aseguran que era muy buena-, moriría muy joven. Incluso El Mocho fallecería con 35 años apenas, lo que impidió que fuera más apreciado por la gente.

   Pero en general apuntan a Benito Bianquet (El Cachafaz) como el más grande de aquella hornada aunque intentaron desmerecerlo  (Era rocho y fiolo y eso le daba una aureola, un plus..- comentaban.) No hay material fílmico de todos estos grandes bailarines de sus épocas (salvo una muy breve de Bianquet) y por ello tal vez son figuras fantasmáticas. El Cachafaz era alto, picado de viruela y para Canaro o Pugliese fue el más grande. 

   Éste último le preguntó una noche cómo hacía para realizar semejantes pasos. " ¡Qué sé yo... respondió El Cachafaz- lo hago caminando. Sigo la música e invento...!" En esa aparente simple respuesta estaba explicando el misterio entrañable del tango bailado. Sus primera compañeras fueron Emma Boveda, Elsa O'Connor e Isabel San Miguel. A partir de 1933 y hasta su muerte sobre el escenario en Mar del Plata, lo acompañaría Carmencita Calderón. En 1911 viajó contratado a Estados Unidos y luego también daría cátedra en París. 

                             

Miguel Bucino y Carmen Samaniego

   Miguel Bucino, bailarín profesional fogueado en escenarios teatrales  junto a Canaro en sus comedias musicales y autor de tangos de mucha pegada, en su Bailarín compadrito retrata esa evolución:

   "Cualquiera iba a decirte, che reo de otros tiempos / que un día llegarías a rey del cabaret,, / que pa' enseñar tus cortes pondrías academia... / Al taura siempre premia la suerte que es mujer...".

(Continuará...)



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