Música que llega desde allá / y nos hace lagrimear.
Donde en la noche tibia y serena / su antiguo aroma vuelca el malvón.
Y aunque quiera arrancarla, desecharla / y olvidarla / la recuerdo más...
Torvo cementerio de las naves que al morir / sueñan sin embargo que hacia el mar han de partir
De los espejos turbios / de mi melancolía, / Todos nuestros amores / surgen de aquellos días...
Todo el mundo está en la estufa / triste amargo y sin garufa, / neurasténico y cortao...
Ché papusa, oí / como surgen de este tango los pasajes de tu ayer...
Al raro conjuro / de noche y reseda / temblaban las hojas / del parque, / también
Aunque busques en tu verba / pintorescos contraflores / pa'munirte de cachet
Y a las milongueritas pa'darles dique / al irte con tu "camba" batís "allón"
Yo fui viajero del dolor / y en mi andar de soñador / comprendí mi mal de vida
Tango que viene de lejos / a acariciar mis oídos /como un recuerdo querido / con melancólicos dejos...
Gime, bandoneón, / grave y rezongón / en la nocturna verbena...
Nada duele tanto como ver / desenrrollar del carretel / el hilo de la juventud...
Ya te devuelto / tus cartas... tus retratos, / charlemos otro rato / que pronto ya te irás...
De los espejos turbios / de mi melancolía, / todos nuestros amores / surgen de aquellos días...
Apellido distinguido, / gran señor en las reuniones, / por las damas suspiraba / y conquistaba / sus corazones.
En la tarde evocadora / tu teclado amarillento / está mudo y ya no siento / tu lenguaje rezongón...
Como un bajel cansado ya del mar / yo busco como él un puerto donde anclar.
En tus mesas escucharon / los reseros de Tablada / provocativas payadas / que en cien duelos terminaron.
No vendrá../ Bien lo sé que ella no vendrá... / Y aunque esperar ya no quiero / otro rato más ... la espero...
Por la calles de la vida / nos perdimos vos y yo...
Tan sólo sé / que tuviste el valor de encontrar / el instante oportuno de huir / con mis sueños detrás...
Ella puso sus flores de anemia / en mis sueños de frío y pobreza.
Aquí, en este Montmartre, faubourg sentimental , / yo siento que el recuerdo me clava su puñal.
Nada hay más lindo ni más compadre / que mi suburbio murmurador, /con los chimentos de las comadres / y los piropos del Picaflor...
¡Hermano! / Yo no quiero rebajarme / ni pedirle, ni llorarle / ni decirle que no puedo más vivir... / Desde mi triste soledad veré caer / las rosas muertas de mi juventud...
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