Hoy me toca rendir tributo a esta cantante que ha desarrollado una gran trayectoria en el tango. Una vida consagrada al género porque empezó de niña, con 9 años, asombrándonos a todos con su desparpajo, sus dotes artísticas y las conexiones emocionales con el mismo. Lo que sería para siempre el cordón umbilical que la consagraría no sólo en Argentina sino en también en numerosos países de varios continentes, en los cuales dejaría profunda huella..
La conocí precisamente cuando arrancó en Canal 9, de televisión, en el exitoso programa Grandes valores del tango. Por aquel entonces yo actuaba en programas del Canal, era Jefe de deportes y hacía también los noticiarios. A veces terminaba y me quedaba un ratito viendo en vivo aquel desfile de grandes del Tango, conducido entonces por Silvio Soldán, en el cual actuaban cantores, músicos y ahí me puse a descubrirla con aquel desparpajo y carisma que ya mostraba de pibita, asombrándonos a todos.
Lo suyo fue una epifanía nacida junto a su padre que le hacía escuchar junto a él, en radio alguna orquesta o cantor que a él le gustaban especialmente. Pero la niña llevaba el pájaro cantor dentro y lo demostraba permanentemente, entonando por toda la casa esos temas que surgían del aparato radial. Además entonaba con buen gusto y asimilación temprana de esos versos que anidaban en su precoz alma tanguera .
Sus padres salían con frecuencia a comer fuera, y los llevaban a ella y a su hermano. Entonces María José acostumbraba, al estilo de los cantores de barrio, salir a cantar por las mesas ganándose aplausos jóvenes y motivando a su padre que buscaba devolverla a la mesa familiar. En una de esas salidas, fueron a comer ravioles en un restaurante frente al Club Atlético San Isidro, en su barrio natal.
Y allí, la pícola María José arrancó con su sonrisa vital y sus conexiones emocionales con el tango, a mostrar su temprana afición, para deleite de los clientes del lugar. Y dio la casualidad que la escuchó un productor de publicidad del canal 9 que se acercó a la mesa, conversó con su madre y le preguntó a la niña si le gustaría trabajar en televisión. Y ella, claro, desbordaba de alegría cuando respondió el espóntaneo "¡Sí!".
Al día siguiente, a las 8 de la mañana, Rosana Inés Mentana (su nombre real) se presentó en el Canal, la escuchó mi amigo, el productor Alfredo Gago, cuando ella cantó una parte del tango Madreselva y de inmediato arregló para que debutara en el programa estrella. Como hacía poco que se había estrenado Rosanna Falasca, para no coincidir, decidieron cambiarle el nombre artístico y entre Beba Bidart, Juan Carlos Thorry y Rodolfo Lesica, la bautizaron artísticamente como María José.
Su consagración fue temprana aunque no respondió el caso de tantos artistas que arrancaron jovencitos y se fueron perdiendo entre las sombras a medida que se hacían adultos. María José, con su variedad de matices, caudal de voz, musicalidad y el don de la interpretación poética, hizo crisol de sus ejecuciones. Se iría transformando en María José Mentana y maduraría rápidamente, nutriéndose junto a Mariano Mores, Néstor Marconi, Osvaldo Piro, el Sexteto Mayor, Atilio Stampone, Armando Cupo, y otros grandes del tango que la acogieron con los brazos abiertos por sus excelentes dotes interpretativas, unidas al encanto personal y la belleza, que sumaban ingredientes decisivos en su historia..
Así fue cómo entró a viajar tempranamente por Latinoamérica, siguió por Europa, Japón (se presentó en 55 ciudades), China, Turquía, como cabeza de compañía junto a orquestas como las nombradas. El éxito la acompañó siempre y ella agradece haber podido estar con tantos personajes históricos del tango que la ayudaron a formarse y consolidarse en aquella panorámica de la época, confirmando todo lo que esbozaba el embrión. Aquel pichón de cantora que apareció en Canal 9 en febrero de 1970.
Acá estoy con María José y Roberto Mancini en Los 36 billares. |
Supo adaptarse a los distintos estilos de cada orquesta que la acompañó y nunca desmejoró. En Venezuela tuvo un éxito impresionante. Trabajó en teatro, televisión y grabó varios discos. Incluso actuó con la Orquesta sinfónica Nacional de dicho país y se grabó en vivo aquella presentación. Es de destacar que nunca perdió la frescura de su voz y de su interpretación, ha grabado numerosos discos y sus interpretaciones son toda una llamada a las esencias del género.
Todo lo que ha aprendido, le han ido enseñando a lo largo de su extensa carrera, lo ha volcado a la docencia y trata de transmitirlo con vocación y generosidad. En 2015 la declararon Personalidad destacada de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Desde 2019 es Académica titular de la Academia Nacional del Tango. Actualmente tiene también un estudio de grabación y sala de ensayo junto a su hijo Lucas. Aparte, produce Espectáculos y realiza seminarios enfocados en la interpretación poética del tango. Algo que sirve para aquilatar y valorar aún más su figura. y todo lo que representa en el tango. Creo que merece largamente el reconocimiento de los tangueros por su permanencia y logros en el devenir del tiempo. Además, esta abuela de seis nietos, sigue siendo una belleza, madura, con esa simpatía que irradia a raudales. Se lo ha ganado a pulso.
Podemos escucharla y apreciarla cantando el tango de Aníbal Troilo y Cátulo Castillo: Desencuentro, acompañada por la orquesta dirigida por Armando Cupo en Canal 9.
Una de las mejores interpretes de nuestro Tango. Olvidada ahora en los medios. Una grande. Excelente persona y muy generosa. Una Maestra.
ResponderEliminarHermosa nota y merecido reconocimiento. Excelente cantante, intérprete y ser humano. Ojalá cobre nuevamente vigencia en los medios, donde hacen falta artistas y espectáculos de calidad.
ResponderEliminarEXCELENTE INFORME, TODOS LOS QUE LA VIMOS, AUNQUE JÓVENES TAMBIÉN, SABEMOS QUE ERA UNA TOPADORA, LLENA DE ENCANTOS y LUCIDEZ. QUE SIGAN LOS ÉXITOS MUCHOS AÑOS MÁS. ¡VIVA MARÍA JOSÉ MENTANA! SIEMPRE A LAS ÓRDENES. TE ABRAZA: JOSÉ ANTONIO AIELLO
ResponderEliminarMaría José es una cantante e intérprete de tango que lo hace con un amor y pasión que, en cada tema desnuda ese sentir tan auténtico que la posee desde tan temprana edad, aumentando por tantos años de trabajo y perfeccionamiento
ResponderEliminarSoy un viejo de 86 años y recuerdo muy bien a María José que hacía duos con otro cantante muy joven y que ahora no recuerdo su nombre en el programa de Silvio Soldán.Fue un placer grande poder escucharla y admirar su belleza
ResponderEliminarEse jovencito se llama Guillermo Fernández. Juntos cantaban de maravilla. Un placer verlos con Soldán.
EliminarSoy montevideano, la conocí personalmente en canal 5 (Cafe Concert años 1975, era una niña hermosa como cantante y como personita, un lujo)
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