El poeta Héctor Negro saludando a Osvaldo Pugliese y su esposa. |
Héctor Negro revalorizó la poesía tanguera, junto con Eladia Blázquez, Chico Novarro y otros autores, en aquellos momentos de bajón, y muchas veces he destacado los méritos de su pluma luminosa y cercana a los signos y designios de la gente común. Esos sueños y sustancias que los impulsan. Los espasmos de épocas duras, los trajines cotidianos en busca del sustento y el futuro gris, lejano. Mantener viva la llama de la rebeldía y sostenerse en el ser cada nuevo día, es el mandato que se exige el poeta en este tango.
Yo soy bien de abajo y anduve a los tumbos
cuerpeando la mala y al fin le gané.
Me pesó en el lomo conservar el rumbo.
Me costó mis golpes, pero no aflojé.
Peleé por la luz que quisieron robarme
y si perdí cosas, salvé lo mejor.
Hoy tengo el orgullo de no doblegarme.
de saber que nadie me vende un buzón.
El verso ha presentado a la persona que nació en la humildad de la casa proletaria y ha peleado para encajar su lugar en el mundo. Un tema que da para mucho y que tantos hemos vivido, inmerso en el paisaje blanco y negro de la tristeza, por tantas cosas... El peaje a pagar es alto, aunque el amor propio es una apuesta íntima que permite al protagonista salir adelante en su duro combate, con las peripecias de la lucha diaria.
Por eso mi tango nació retobado
porque me he cansado de ver aguantar.
Cuando creo en alguien,
me pongo a su lado
y si estoy jugado
no me vuelvo atrás.
Y si es que mi vida
la llevo a los saltos.
Tengo tango asfalto
que caigo parao.
Soy sangre rebelde, muchacho de abajo,
yo creo en mis brazos, en lo que ellos dan.
Y del lado izquierdo me caigo a pedazos,
cuando unos ojazos me miran de más.
Mi barrio y mi gente escuchan mi credo,
que a los barquinazos aprendí a cantar.
como un canto arisco, donde el sol que muerdo
calienta mis labios para protestar.
Sí, es una radiografía de la persona que ha conseguido sobrevivir a la adversidad y la memoria va destapando las zancadillas que sortea el personaje. La infancia mal vivida, los zarpazos soportados, el caminar siempre por abajo han forjado al hombre y una mirada femenina le sirve de caricia a tanta lucha por sobrevivir. Hermoso poema al que Penón le puso la música adecuada y que hoy retorna en esta página tanguera.
Hay registros de Rubén Juárez y Miguel Montero. Acá podemos escucharlo por Abel Córdoba con la orquesta de Osvaldo Pugliese, en la grabación realizada en junio de 1967.
Bien de abajo - Osvaldo Pugliese-Abel Córdoba
JOSE MARIA: Este magnífico tango de nutre la crónica de hoy, tiene una contrapartida en el tango de Néstor Marconi "Bien de arriba" y una historia. Marconi estuvo tocando en el Teatro Municipal de Bahía Blanca durante varios días y se reunía en los mediodías con tangueros: Juan Carlos Ocaña, Roberto Valverde. Rubén Cordi y el dueño de la parrilla Carlos "Chiche" de Arriba. Tintillo, asado y tango durante varias jornadas. Parece ser que fue tan cálida la atención Chiche de Arriba que a poco de su vuelta a Buenos Aires, le hizo llegar la partitura y la grabación en solo de fueye del citado tango "Bien de arriba" en homenaje al anfitrión.
ResponderEliminarEstuvo muy bien Marconi con la devolución de atenciones. Gracias.
EliminarEn que año fue escrito por los Mtros. PENON Y NEGRO
ResponderEliminarEn 1967.
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