Ada Falcón. El mito.

Su vida parece extractada de una novela romántica de altos vuelos, en la cual la imaginación, el amor, los desbordes, el éxito artístico y los avatares de un romance tumultuoso confluyen en un triste final. Las zonas oscuras de su vida alcanzaron un tono desmesurado cuando decidió esfumarse por la puerta trasera de la historia y se bañan a partir de entonces, de una brumosa melancolía.

Su trayectoria artística y humana está llena de baches que ella contribuyó decididamente a crear porque con su quehacer artístico y las anécdotas de su origen, fraguadas o reales, socava las convenciones y rotura nuevos territorios.

                                                                                     
Su madre la instaló en el quehacer del futuro estrellato, dado que a los 11 años aparecía como tonadillera española de época, bajo su su seudónimo: "La joyita argentina". Sus hermanas mayores, Amanda y Adhelma, también fueron preparadas para la misma actividad, cuando el tango floreciente requería singularidades femeninas, aunque ellas nunca tuvieran el encanto avampiresado de Ada. Ni tampoco unas relaciones fraternas con ella, debido a su carácter de diva. Pero lograron su sitio en el medio artístico.

Ada contó una historia rocambolesca que publicó el investigador Roberto Gutiérrez Miglio, asegurando que su padre no era Domingo Falcone, sino que a su madre, Cornelia Boesio, la había raptado un aristócrata, Miguel Nazar Anchorena, perdidamente enamorado de ella. La habría dejado embarazada, según esta versión, antes de viajar a Francia, enfermo de cáncer, donde fallecería. Claro que, real o ficción,  es sólo la versión de ella,

Y toda su vida es novelería pura. Pero en la realidad Ada fue una mezzosoprano de voz cálida y registro variado ya que podía pasar, de dramática a sentimental con toda facilidad. Tenía unos ojos grandes y verdes y cabellos de color bronce claro. Fue Discépolo quien dijo: "Es tan hermosa que da miedo mirarla". Cuando grababan, Gardel se adelantaba para escucharla a ella y Ada aseguraba que después de una cena con él y con Canaro, iban caminando con Carlos por la calle y él le besaba los ojos y le decía: "Piba, piba preciosa, enseñame a cantar Yo no sé que me han hecho tus ojos...".

Vivió envuelta en una especie de nube de fantasía, desde que Enrique Delfino la descubrió en una fiesta y grabó con su trío 14 temas. Antes lo había hecho con Fresedo. Luego sería la estrella que brillaba con Canaro. Ambos vivieron un amor volcánico y Pirincho manejó las riendas de su amante con fervor y tiranía.
Ella era la reina de la radio, que cantaba en un estudio pequeño de Radio el Mundo, se forraba los brazos con joyas caras, vestía pieles exhuberantes, usaba sombreros espectaculares, tenía tres coches y vivía en un palacete de Palermo chico. La Greta Garbo del tango, como la definiera el periodista Roberto Lagomarsino, se arropó en el misterio y la perseguían hombres poderosos sin éxito, porque el gran amor de su vida fue Canaro. No le gustaba actuar en teatro.

Los protagonistas de la gran historia: Canaro y Ada Falcón.

El final es conocido: La mujer de Pirincho, Martha, apareció en el descanso de un ensayo, cuando, Ada estaba sentada en las piernas de su marido, la encañonó con una pistola y la amenazó de muerte. Canaro quería separarse y casarse con ella, según un músico de la orquesta, pero cuando consultó con su abogado y comprobó los estragos que ello acarrearía en su luchado patrimonio, decidió terminar la relación.

Y Ada Falcón entro en una etapa mística, fue vendiendo y regalando sus bienes y pertenencias, y en pleno éxito -1942-,  se radicó en Molinari, un pueblo de Córdoba, junto a su madre, ambas sumidas en la pobreza y ayudadas por una Orden franciscana. SADAIC le pasaba cada tanto un dinero por sus trabajos. Allí moriría el 4 de enero de 2002, con  96 años.


Dejó grabados 217 temas. Los dos últimos con Héctor Stamponi, La mayoría con Canaro, entre ellos el bellísimo vals Yo no sé que me han hecho tus ojos, en el cual Pirincho. que lo compuso,  deschava su tremendo metejón. "Yo no sé cuántas noche de insomnio / en tus ojos pensando pasé; / pero sé que al dormirme una noche /con tus ojos pensando soñé...".

Y a la vez, Ada Falcón (Ada Aída Falcone) desnuda su corazón, poderosa, torrencial,  en estos dos temas denotan su desgarrada pasión : Te quiero, de Canaro y Tengo miedo, de Eduardo Moreno. En ambos casos acompañada por la orquesta de su gran amor. Paremos la oreja a la historia.

Tengo miedo

Te quiero