Para ahondar en los moretones que nos dejó el tango en el alma, nada mejor que acompañarme con su música y el magma de una memoria que bulle. Los documentos fotográficos son mojones del subibaja del pecho, ante el gozo de los reencuentros.
1935, con el Sexteto de Vardaro en el Tupí Nambá de Montevideo. El boxeador Justo Suárez está parado en el centro. |
Con José Manuel Moreno, el crack de River y el gordo Rego a su izquierda, otro amigazo con quien compartí giras por toda América. |
Pichuco
“Nada se parece tanto a vos como tu
fueye”.
Julián
Centeya
Oficiabas la misa con facha de buda,
caídas las persianas de tus ojos nocheros;
convocabas la runfla, el salón, el potrero,
apilado al mandil de tu gata peluda.
Le sarpaste sonido al porteño poeta:
gomía del fioca, del botón, del punga,
y de tu torcan: brújula, faro, veleta.
Abrevó en tu liturgia todo milonguero;
en cada corchea labraste un estuco,
floreciendo pistas cual fiel jardinero.
Así me ganaste, a falta envido y truco,
de púa en mi cuore, mojón tempranero,
enjaulado en tu son, bandolón pituco.
jmo
En este lugar lleno de melancolía densa y contagiante que refleja el poso anímico, vale la pena recrearnos con el artista sin sosiego y el espíritu placentero del recuerdo, descubriendo la piel de la noche.
El primer tango de orquesta compuesto por Pichuco fue Onda Brava, en 1934, que estrenó el Sexteto de Elvino Vardaro. La Editorial Julio Korn lo publicó en 1950, pero Troilo no lo grabó nunca con su orquesta.
En 1935, con versos de Héctor Gagliardi, realizaron el tango Claro de luna, según recordaba Horacio Ferrer. Pichuco tenía entonces 21 años.
Y como amante del fútbol que practicó desde pibe, fana de River Plate y gran amigo de muchos de aquellos grandes futbolistas del cuarenta, también despuntaba el vicio en los campeonatos que jugaban entre las orquestas.
Integrando fugazmente el conjunto de Ángel D'Agostino, parado entre el amigo director, y Alberto Echagüe. A su derecha Escámez y Baralis. Abajo: Muñoz, Fracassi y Jorge Fernández. Están en el cabaret Casanova de la calle Maipú, en el invierno de 1935.
Y cierro este álbum de los recuerdos con Pichuco y el fueye en su regazo. Lo escuchamos en dos temas. Melancólico de Julián Plaza, grabado el 18 de agosto de 1961 y Milonguero triste que compuso recordando al querido Alfredito Gobbi, registrado el 30 de julio de 1969.
Melancólico
Milonguero triste
Anibal Troilo grande musicista e uomo di gran cuore anch'io lo ammiro e lo amo grazie amico mio
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