Pero, cuando Miguel Ángel Zotto y Milena Plebs conformaron una pareja artística, constituyeron todo un acontecimiento en el mundo tanguero.
Un milonguero nato como Miguel y una bailarina de contemporáneo como Milena, encontraron en la unión de sus respectivos talentos y mucho trabajo mediante, la yunta tanguera que estaba esperando esta danza desde la época gloriosa de Copes-María Nieves.
Ellos le dieron un impulso tremendo a la nueva hornada que germinaría detrás de su éxito. Fueron aplaudidos en Argentina, Estados Unidos, Europa. Y después del inolvidable Tango argentino, que compartierofn con los Copes-María Nieves; Gloria y Eduardo, Los Dinzel, Virulazo y Elvira, vendrían los espectáculos musicales maravillosamente renovadores, de la compañía Tango X 2 que idearon y escenificaron ambos, junto a a músicos y otras parejas de bailarines.
Esa formación marcó el punto culminante de la fusión entre la perfección técnica del ballet contemporáneo y la mugre del tango, bien a tierra. Recibieron consejos, estudiaron, se varearon con coreógrafos, con músicos, y el talento y la ilusión les dió el finishing touch.
Por eso el tango les debe mucho, por más que, como suele pasar en estas parejas de vida y de baile, los desencuentros llevan un día a la separación y a la búsqueda de nuevas opciones con otras parejas.
Los quiero mucho a los dos, soy amigo de Miguel y ahora que es bi-papá, tiene que atender otros frentes, pero lleva la música y el baile adheridos a la piel, y el mundo sigue esperándolo junto a su actual pareja, Daiana Gúspero, para que podamos aplaudirlos a rabiar.
Por un momento recordémoslo junto a Milena, bailando Chiqué, acompañados por la orquesta que dirige Daniel Binelli.
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