Juan Carlos y María Nieves |
Él pretendía ser futbolista profesional y nos enfrentamos en un partido que jugamos en el Viejo Gasómetro de San Lorenzo, en Avenida La plata. Periodistas contra artistas. El jugaba de lateral derecho para estos últimos con otro tanguero como Néstor Fabián y yo estaba en el bando de enfrente.
Fue el primero en formar una especie de ballet con varias parejas, que debutaron en el Teatro Nacional de la calle Corrientes y luego lo simultanerían en el lujoso cabaret Ta-ba-ris, de la vereda de enfrente.
Vi bailar muchas noches a la pareja en Caño 14 y habían conseguido eso tan difícil de constituirse en una ente físico de dos personas. Con gracia, con arrastre milonguero, con todo eso que se aprende en los clubes, en la atestada la pista común, reforzado por un largo período de estudio con profesores.
Copes-María Nieves en su apogeo |
Quería ser el Gene Kelly criollo y se dio el gustazo de que el excepcional artista norteamericano lo hiciese llamar por medio de su hija -cuando actuaban en Broadway- para que lo viera en su casa, ya con su enfermedad avanzada y postrado.
Y otro de los muchos gustazos que se dio, fue bailar con Liza Minelli en el escenario. Claro que ella no sabía bailar tango, pero se volvía loca viendo "Tango argentino" y una noche Copes le dio unos consejos y la hizo subir para bailar con él, ante el regocijo del público que no podía creer lo que estaban viendo.
Y Liza, esa artista enorme, brillaba en la cúspide de su carrera.
Gracias a Tangocity podemos ver estos pasos de Juan Carlos y Liza, para la posteridad.
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