Son muchos años bailándolo en las milongas y este tango que grabara Edgardo Donato con sus cantantes Lita Morales y Horacio Lagos, allá por 1936, sigue sonando tanto en Europa como en Argentina y países milongueros de América. Es cierto que el ritmo que le imprime Donato a todos los temas que interpreta con su orquesta, es muy bailable y bienvenido en las pistas tangueras.
Los versos son obra del poeta César Vedani, que ya en 1927 se apuntó con dos tangos ganadores al mango como "Adiós muchachos" y "Barra querida", grabados ambos por Carlos Gardel y lanzados a la popularidad. Previamente Agustín Magaldi había cantado y llevado al disco otro tema suyo "Vieja escuela de mi barrio" y un año después "Barra querida".
Céar Felipe Vedani |
En este tema que, evidentemente no tuvo la difusión y llegada de los nombrados anteriormente, aunque continúa alimentando a milongueros/as que sienten el efecto de música y verso, Vedani con su pluma define los rasgos anímicos del hombre frustrado. Y con su pericia va narrando el presente grisáceo, oscurecido, de dicho protagonista, por el desamor clavado en su alma.
como una maldición,
sin rumbo fui.
Buscando de olvidar
el fuego de ese amor,
que te imploré.
del desamparo cruel,
tratando de olvidarte, recordé;
con la ansiedad febril
del día que te di,
todo mi ser.
de toda tu crueldad,
yo maldecí.
La luz de tu mirar
en que me encandilé,
llevado en mi ansiedad de amar.
Besos impregnados de amargura
tuve de tu boca en su frialdad,
tu alma no sintió mi fiel ternura
y me brindó con su rigor, maldad.
busco de calmar mi sinsabor,
siento inaguantable esta cadena
que me ceñí al implorar tu amor.
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