Entrerriano, Entrerriano, en tu reo canyengue
va cumpliendo un plenario la emoción del suburbio.
Me batís suavecito la parola del lengue,
me ortivás de la faca, de la cana, del lengue,
del jotraba chorede y del laburo turbio.
Le batís a este viejo bailarín de la zurda,
que apoliya en el pecho de pura contramano,
el bagayo atorrante de versos a la gurda
que le hizo a una grela una noche de curda
después que por canchera te ganara de mano.
Vivirás, Entrerriano, mientras quede en el fango,
como un mate curado, la amistad de un amigo,
mientras haya algún orre que no cambie de rango.
mientras quede un porteño que se patine un mango
en la emoción del verso sincero que te digo.
Vivirás mientras siga copando la parada
un taura arrabalero que despreció la yuta,
mientras se haga un escruche sin que salga mancada,
mientras taye la grela de la crencha engrasada,
mientras viva un poeta, un ladrón y una puta.
Carlos De la Púa (Carlos Raúl Muñoz y Pérez)
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