Yo sé de la memoria que se hospeda
por esos laberintos del pasado
la llevo siempre en mí, como un velado
paisaje de neblina y humareda.
Yo sé de esa memoria y cuánto queda
de fervor por el barrio recordado,
lo llevo siempre en mí, no lo he dejado,
soy un sueño que ronda su vereda.
Yo sé de esa memoria. Innominado
vuelve el ayer -el tiempo es polvareda--:
grises de patios, brumas de empedrado,
patios de ronda, brisas de arboleda,
y sobre el cinc de algún techo oxidado
la luna revoleando su moneda.
Ricardo A. Ostuni
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