(Al troesma Miguel Ángel Zotto)
Tayó en el rioba tangamente de potriyo
gardeleando a rockeritas suburbiales
con el fraguinche destino de su estirpe.
gardeleando a rockeritas suburbiales
con el fraguinche destino de su estirpe.
Se bardeó con las musas cachafazas
troileándose de zurda en la vitrola,
empuglieseando su curore hasta las bolas
y manijeando el esquecho en la viaraza.
Lo acompaña el mate amargo mancebado
en la sera del strunge pensamiento;
el berretín fue del bobo el linimento
que una cheno lo orlará de marqués enmilongado.
Y s'espira, de pogua, carancancunfa
de gomina y sonrisa, bien carrozado
a estremecidos pisos muy fanguyados
en donde, senza esparo, su estampa triunfa.
El guiye que lo copa es la milonga
y larga sarpado de sabia ferramenta:
Un mancuse de ley, minga de mentas,
con carpuza, embrocando en meta y ponga
el fratacho de leifes canyengueros,
el orsay de pecoraras mucangueros
yirando con namusas volatriches.
La salmodia lo empúa y el pastiche
lo encurda de emociones y lo estara
pa'siempre en las trasnoches, en boliches,
contraseña pa'que al tango a la gurda lo yugara.
La rante escuela de su antaña shomería
le sella hoy el universo manyamiento:
Poniendo la percha, los quimbos y el talento
y milongueando en ritual porteñería
no tiene emparde en proscenio ni en la pista;
con la sofraifa entefrén, yumbear purista,
camina, -troesma total- y es chacamento.
José María Otero (1998)
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