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lunes, 1 de mayo de 2017

Ché bandoneón

Hermoso tango, ganador desde la salida de las cintas, en 1949 y construído por una dupla genial: Aníbal Troilo y Homero Manzi. Los versos fueron primero y sobre ellos, Pichuco amasó la música, pero no pudo grabarlo hasta noviembre de 1950, debido a que su nuevo cantor, Jorge Casal, que reemplazaba a Edmundo Rivero, debió retrasar su incorporación a la orquesta, dado que Florindo Sassone presentó una reclamación, pues tenía contrato para los carnavales en el Club Atlético Independiente, con Casal como cantor. Y Troilo debió acceder a tal reclamo.

Por eso, no es de extrañar que el tema lo llevara primero al disco Oscar Alonso, acompañado por la orquesta de Héctor María Artola, el 21 de abril de 1950, mientras que Aníbal Troilo, con la voz de Jorge Casal lo registró en el sello TK, el 24 de noviembre de ese año. Incluso el disco no contiene las bondades técnicas de otros sellos prestigiosos, y por ello se diluyó bastante el registro de este tema, que en la otra cara tenía el tango Para lucirse, de Piazzolla.

                                       


En mayo de 1951 fallecería Homero Manzi, que había cargado duramente con el mal que lo llevaría a la tumba, por lo cual fue una de sus últimas obras tangueras, en la que destaca nuevamente su enorme imaginación, su sentimiento por la ciudad porteña que lo acogió de niño, el léxico popular y la canción como herramienta para volcar su obra literaria. Y en este caso se inspira con el instrumento básico del tango, el bandoneón, que maneja su compinche Pichuco. Y cómo lo dibuja.

El duende de tu son, che, bandoneón
se apiada del dolor de los demás,
y al estrujar tu fueye dormilón
se arrima al corazón que sufre más.
Esthercita y Mimí, como Ninón
dejando sus destinos de percal,
vistieron al final, mortaja de rayón
al eco funeral de tu canción.

Para esa época, Homero ya estaba siendo intervenido de la enfermedad que lo consumiría, y es lógico que  se note en los versos su pesadumbre. El tango es un vehículo especial para trasladar vivencias y dolores, nostalgias y fracasos, y Che Bandoneón, expresa su estado de ánimo, aunque no dejó de trabajar hasta el final con 44 años, apenas. 

                                    
Homero Manzi

Cuando hizo Barrio de tango, también con Pichuco, escribiría al respecto:

   -Los temas de mis canciones son siempre recuerdos personales. Me resulta difícil escribir fantasiosamente. No tengo ese don. Había un recuerdo, un aspecto de mi vida, un paisaje que hasta hoy no había podido abordar. Lo termino de hacer en Barrio de tango... (...) Hoy a través de la evocación, puedo reconstruir sentimentalmente aquel barrio que se dormía al costado del terraplén para cantarlo con voz de tango y pulso de nostalgia.

Y se explaya en la segunda parte de Che bandoneón, recordando el fracaso del amor.

Bandoneón...
Hoy es noche de fandango, 
y puedo confesarte la verdad, 
copa a copa, pena a pena, tango a tango,
embalado en la locura
del alcohol y la amargura.
Bandoneón... 
¿Para qué nombrarla tanto? 
¿No ves que está de olvido el corazón?
Y ella vuelve, noche a noche, como un canto 
en las notas de tu llanto, 
Che, bandoneón...


                                            


 Para terminar  deschavando su sensibilidad lacerada por el mal que tenía remedio y el desamor que lo hundía más en su pesar. La herrumbre del tiempo, la visión de cómo se vacía el equipaje de las horas de vida, desalojado del presente, en su capacidad de síntesis, encuentran la forma de expresión con una letra de tango y la imagen del bandoneón en una suerte de vocabulario espiritual.

Tu canto es el amor que no se dio
y el cielo que soñamos una vez,
y el fraternal amigo que se hundió
cinchando en la tormenta de un querer.
Y esas ganas tremendas de llorar
que a veces nos inundan sin razón,
y el trago de licor, que obliga a recordar 
si el alma está en "orsay" che, bandoneón.


Roberto Grela, Alberto Marino y Aníbal Troilo

Para recordarlo, vale la pena escuchar la versión de Oscar Alonso, con la orquesta acompañante de Héctor María Artola, en muy buena interpretación. Y la inédita de Alberto Marino, acompañado en solo de bandoneón por Aníbal Troilo, que nos ilumina en este día.

                                             
 




















 



2 comentarios:

  1. Oscar Alonso : Un solista fuera de serie...y un buen tipo...año
    l957..asiduo concurrente a la confiteria Retiro.. largas charlas
    junto a Hector Insua y quien escribe.... Otro cantorazo y como
    todos los buenos, muy humilde......

    ResponderEliminar
  2. Oscar Alonso : Un solista fuera de serie...y un buen tipo...año
    l957..asiduo concurrente a la confiteria Retiro.. largas charlas
    junto a Hector Insua y quien escribe.... Otro cantorazo y como
    todos los buenos, muy humilde......

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