El viaje tuvo altos y bajos y volvería a Buenos Aires luego de cuatro años de aventuras enriquecedoras pero sin buenos resultados económicos. Lo que pesaría notoriamente en su futuro, ya que cantando tangos, si bien le resultaba atractivo, no le alcanzaría para tener la vida profesional que soñaba. Sus actuaciones más descollantes las tuvo en las orquestas de Pedro Laurenz y Julio de Caro, especialmente con esta última, en la cual dejó 24 registros.
A propósito de esta cita, recuerdo en la charla larga que mantuve con De Caro en radio, cuando hablamos de sus vocalistas, me dijo, precisamente sobre Farrel:
-Tenía una muy buena planta y se adaptaba fácilmente a la orquesta. Los ensayos eran menos exigentes que con otros cantores, y además tenía éxito con las muchachas que seguían a la orquesta. Pero estaba muy preocupado por ganar más dinero y buscó otro trabajo para satisfacer sus necesidades.
Se llamaba Héctor Domingo Cardinale y cuando despuntó en sus inicios como cantor, adoptó el seudónimo de Héctor Morel. Así debutaría en un cine del barrio de Caballito, acompañado por guitarristas amigos. El siguiente paso sería en una emisora radial y de allí iría saltando a otras hasta recalar en Radio Nacional. Tenía apenas 23 años, buscaba con afán el salto a la popularidad, cuando se le presentó la oportunidad de viajar a Europa con el citado Geroni Flores y ni se lo pensó.
En el viejo continente, su juventud le dio alas para soñar con el éxito, aunque hubo rachas malas, y estas últimas en un medio extraño y lejos de la casa natal, se sienten sobremanera. Por eso, quizás, buscaría siempre la seguridad de un trabajo bien remunerado, que fue lo que lo alejaría del tango y lo llevaría formar un hogar y sentirse respaldado por un empleo fijo.
Cuando Pedro Laurenz arma su orquesta y es contratado por el sello Victor, en 1937, buscaba un cantor y le arrimaron a Farrel. En las pruebas terminaría conformando al director, luego de algunas dudas iniciales, pero le cambió el nombre de Morel por el de Farrel. Y sería quien interviene en el primer disco de 78 rpm que graba la orquesta. de un lado, Milonga de mi amores, y del otro, una ranchera: Enamorao. Me parece muy buena la intervención del cantor en la milonga y el conjunto vuelta alto, con una orquestación maravillosa y una fuerza que obliga a lamentarnos por las pocas grabaciones que dejara y que son un imán para los bailarines en la pista.
La orquesta de Laurenz. Héctor Farrel está parado detrás del Director a su izq. |
El segundo disco de Laurenz contiene el instrumental Arrabal y el tango de Homero Manzi y Pedro Maffia, Abandono, antes llamado Amarguras. El tema suena genial, por la fuerza musical de la orquesta y la intervención parcial de Farrel. Sería la despedida del cantor que, aprovechando el impulso que le dio Laurenz proseguiría su carrera en radio como solista, acompañado por guitarras y luego formaría en un trío con Joaquín Mora y Rodríguez Lesende, regresando a su antiguo nombre de Héctor Morel.
El salto a la consagrada orquesta de Julio De Caro le dio una nueva perspectiva de trabajo y estaría cuatro años con el afamado director y llevando al disco la cantidad de versiones citadas más arriba. Pero también sería su punto final como cantor porque buscó organizar su vida de otra manera, una vez pasado el berretín del canto. Su figura aparece en la película Petróleo, dirigida por Arturo S. Mom, estrenada en diciembre de 1940. Allí canta el tango de Julio de Caro y Enrique Cadícamo: No me pidas la exclusiva.
Héctor Farrel junto a Julio De Caro |
Hoy lo recuerdo a Héctor Farrel en dos temas: El tango Abandono con la orquesta de Pedro Laurenz, llevado al disco el 24 de septiembre de 1937 y el vals de Félix Lipesker y Homero Manzi: Tu nombre, que grabó en la orquesta de Julio De Caro el 5 de abril de 1940.
Abandono- Pedro Laurenz-Héctor Farrel
Tu nombre - Julio De Caro-Héctor Farrel
No hay comentarios:
Publicar un comentario