Este tango de Luis Visca y Luis Rubistein lo hemos bailado tantísimas veces en pistas porteñas y en europeas, porque es entrador y muy bailable, de los que se sacaba de la manga Rubistein para armarse de algunos dineros. Verseador de pluma fértil, malogrado su sueño de cantor -era tartamudo-, en sus apenas 46 años de vida le dió tiempo para montar una academia de la cual emergieron numerosos intérpretes de cine, teatro y radio, ayudar a sus hermanos y edificar una obra increíble que enfervorizó a tangueros y milongueras de ambos sexos. Ya fuera, silbando sus melodías, tarareando sus versos, o persiguiéndolo en el ritmo de D'Arienzo, con el alma fuera de borda.
Sus hermanos siguieron el mismo camino que el primogénito y consiguieron numerosos éxitos en los atriles de las orquestas típicas y cantantes. Firmaban con los seudónimos de Oscar Rubens y Elías Randal y la década del cuarenta les sirvió para auparse en lugares de privilegio por tantos temas suyos que consiguieron recibir los plácemes del público.
Luis recibió la bendición de Carlos Gardel, que le grabaría tres temas: un tango, un vals y una canción. Respectivamente, Tarde gris, Amor pagano y Yo beso vuestra mano. señora. Vivió apenas 46 años pero le daría tiempo para escribir una ponchada de versos, incluso muchas veces poniéndoles música, como en Charlemos, Un crimen, Ciego, Sombra, Venganza, Ya sale el tren, Cuatro palabras, Tu perro pekinés, Cadenas, Ausencia, De antaño, Marion, Rebelión, Quien será, por citar algunos.
Pero además le pondría letra a Inspiración, ese hermoso tango de Peregrino Paulos (o de su hermano Niels, según éste) que en principio llevaba como título: 6º del R2. Fue en 1930 y a instancias de Pedro Maffia, en que Rubistein le arrimó los versos que consagraría Agustín Magaldi, cuando semejaba bastante difícil incluir una letra que pegara con la música. Y lo tituló: Inspiración.
Otros títulos suyos con diferentes compositores o poetas serían, por ejemplo: Nieblas, Dominio, Cautivo No me lo digas, Nada más, Castigo, Olvido, Rosa de tango, Paloma, Tarde gris, Carnaval de mi barrio, Criolla linda, En tus ojos de cielo, Serenata, Un amor, Ya lo ves, Si tu quisieras. Y con estos temas, que son sólo parte de toda su extensa obra, está pintada la creatividad de este hombre que quería ser cantor y logró éxitos en todos sus emprendimientos.
Hoy traigo al Blog este tango que sigue dejando su estela en las pistas de baile, porque fue un exitazo en las grabaciones de Juan D'Arienzo con el cantor Carlos Casares, del 9 de octubre de 1940 e incluso en la de Rodolfo Biagi con Jorge Ortiz, llevado al disco el 26 de diciembre de ese mismo año. Los milongueros, de parabienes.
Me estoy sintiendo viejo,
detrás del alba se va la vida.
Hoy me miré al espejo
y siento mi alma que está vencida.
Cuando el amor me acariciaba
siempre era joven porque soñaba.
Hoy estoy solo y en mi ocaso
siento el fracaso de mi vivir.
A José Basso se le ocurrió hacerlo resurgir con su orquesta y el gran Floreal Ruiz, veintitrés años más tarde. Y a fe que lo logró, porque es buenísima la adaptación e interpretación del conjunto de Pepe Basso y más digna de resaltar aún, la de Floreal en el canto. Una lección magistral, de las tantas que impartió este enorme cantor a lo largo de su carrera. Logra aquí empinar unos versos simples a los que le da vida con su gran dominio del fraseo, de la ligazón con la música y su fuerza interpretativa. Tenía 47 años cuando grabó este tango y me emociona al escucharlo una vez más.
Paren las orejitas.
13. Yo también - Floreal Ruiz-José Basso
No hay comentarios:
Publicar un comentario