Una información gráfica de la elegante Revista Parisién " Fémina"
El boston, el doble boston, el triple boston, fueron en otros días los bailes de moda en los salones selectos de París: pero en este año, el baile a la moda es el tango argentino, que ha llegado a bailarse tanto como el vals.
Como se ve, los salones aristocráticos de la gran capital acogen con esntusiasmo un baile que aquí, por su pésima tradición, no es ni siquiera nombrado en los salones, donde los bailes nacionales no han gozado nunca de favor alguno.
París, que todo lo impone, ¿acabará por hacer aceptar en toda nuestra buena sociedad el tango argentino?
No es de esperarse, aunque París, tan caprichoso en sus modas, hará todo lo posible para ello.
Y por cierto que no tendría poca gracia esa "aclimatación" del tango en su patria.
(Nota ilustrada de "El Hogar", de Buenos Aires, del 20 de diciembre de 1911)
1883
VENTURA R. LYNCH
FOLKLORE BONAERENSE
La milonga se parece mucho al cantar por cifra, con la diferencia que el cantar por cifra es propio del gaucho payador y a la milonga le rinden culto sólo el compadraje de la ciudad y campaña.
Como es consiguiente, las músicas de una y otra no guardan ninguna analogía. La milonga es sandunguera, el cantar por cifra es mucho más serio y puede decirse que esto último responde al carácter clásico de la filosofía del gaucho.
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En los contornos de la ciudad están tan generalizada, que hoy la milonga es una pieza obligada en todos los bailecitos de medio pelo, que se oye en las guitarras, en los acordeones, un papel con peine y en los musiqueros ambulantes de flauta, arpa y violín.
También es ya del dominio de los organilleros que habían arreglado y lo hacían oír con aire de danza o habanera; lo bailan también en los casinos de baja estofa de los mercados 11 de Setiembre y Constitución, como en los bailables y velorios de los carreritos, soldadesca y compadraje.
Pintura de Manuel Suero |
1950
FEDERICO GARCÍA SANCHIZ
La pampa erguida
-¿ Y cómo fue, Juan de Dios, que hiciera Pañuelito?
Tras una pausa, llena de la más ingenua y encantadora presunción, harto excusable en un hombre del Riachuelo que ha conquistado la enorme ciudad, cuanta un hallazgo el feliz autor, con los dedos en la cabeza y las palabras atropellando la humareda del cigarro:
-Una mañana de neblina, allá por el tajo de lo de Benito -alude a su fraternal Quinquela Martín, que venía con nosotros, más nos lo arrebataron unos japoneses que iban en su busca, guiados por una comadre- se apareció una muchacha con la pollera... así, compadrita... Y había un guapo con aire correntino y que resultó ser español... Y va y le larga un piropo a la muchacha, que se volvió, diciéndole: "¡Sinvergüenza, pavote!" y el gaye... -corrígese en mi honor Juan de Dios- y el español respondió: !¡Ay china, que sos vinagre!"...
Calla Filiberto.
-¿Nada más?
Para explicar lo que falta, Juan de Dios no dispone de la necesaria elocuencia verbal. Traza con la diestra un arabesco en el aire; sonríe; y mientras, el espontáneo de antes toca de nuevo en el piano la famosa pieza. Lo inefable queda manifiesto en una línea del sonido, que nadie dejó de comprender.
Juan de Dios Filiberto |
Y para acompañar estos recuerdos de autores diversos, nada mejor que la versión de El Pañuelito, de Gabino Coria Peñaloza y Filiberto, grabado en 1934 por la orquesta de éste, cantando el estribillo Patrocinio Díaz.
19- El pañuelito -Juan de Dios Filiberto-Patrocinio Díaz
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