Y bailarlo así, abrazados
bien juntitos y marcando su compás,
por su alma y por su rango,
nuestro tango nunca, nunca
morirá.
Y no sólo no muere, sino que resplandece en las pistas del mundo entero, con milongueros de todas las procedencias del Globo que han aprendido sus yeites y distinguen -en unos lugares mejor que en otros- a orquestas y cantores de la época de oro. Además milonguean con aquellas grabaciones que de momento no han encontrado reemplazo, al menos para la pista de baile.
Siempre recordábamos con orgullo aquellas embajadas de los Canaro, Pizarro, Gardel, Irusta-Fugazot-Demare, Bachicha y todos los que clavaron la pica del tango en París, que era la capital de la intelectualidad europea. Luego fue Tango argentino, esa gran aventura artística que paseó la bandera del tango por Europa y Estados Unidos. Dee aquellas maravillas fueron surgiendo las nuevas remesas de bailarines y profesores que se mueven al compás de un tango, una milonga, o el ondulado valsecito, por las pistas del mundo.
Como ejemplo, traigo a una pareja de Singapur. Son Lily Tan y Gennysam Alcántara, que incluso han sido aplaudidos en Buenos Aires. Los podemos ver en la milonga Los sueños, de su país, bailando el tango No mientas, por la orquesta de Juan D'Arienzo y el cantor Alberto Echagüe
De ahí me piro a Australia. Acá te podés encontrar a la Sydney Yout Orchestra Concert interpretando el tango de Emilio Balcarce Si Sos brujo. Y lo bailn la pareja integrada por Amy Teuchert y Jairo Sánchez Rivera.
Ahora pego el salto a San Francisco en la costa oeste de Estados Unidos y me encuentro al platense Fabián Salas con su compañera Lola Díaz que se lucen con ese valsecito clásico: Un placer.
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