Y lo hago con la misma mirada de Leopoldo Díaz Vélez, que fue cantor y luego excelente creador de tangos, valses y milongas, entre los cuales figura ésta que encabeza hoy el blog en su título.
Vamos subiendo la cuesta
que arriba la noche
se viste de fiesta;
vamos que arrullan los fueyes
y al ritmo de un tango
recuerdos nos llueven...
Como buen milonguero también tiene otros temas que aluden a ese sitio donde compartimos el gusto de bailar tangos y otras músicas del género en lo que se da por llamar, el baile social. Y aunque tengo los remos quietos porque también estoy de vacaciones en este veranito europeo, me doy una vuelta por otros sitios en forma virtual y veo cómo interpretan el ritmo milonguero en distintos puntos de este mundo convulso.
Para comenzar el desfile por las pistas del globo terráqueo, podemos ver a los japoneses Hiroschi y Kyoko Yamao, bailando en La milonga "Los sueños" de Singapur, el tango Que falta que me hacés por la orquesta de Miguel Caló, cantando Alberto Podestá.
Y ahora me ataca la nostalgia y los recuerdos me atoran. Porque recuerdo a ese gran bailarín milonguero y mejor persona, que fue Osvaldo Zotto. Un crack. Me da un poco de melancolía verlo porque se nos fue demasiado joven, cuando pudo ser el gran referente de los futuros milongueros por su técnica, su manejo de los tiempos y el gran sentimiento tanguero.
Acá lo vemos en Rímini -Italia-, bailando con Mariela Gisela Avanzi, el tango Tú...El cielo y tú, por la orquesta de Carlos Di Sarli, con la voz de Alberto Podestá.
Bueno, ya acusé que me atacó la nostalgia y me entrego a ella totalmente. Por eso traigo de nuevo a esa pareja que maravilló al mundo, Javier y Geraldine, bailando en Bologna, Italia, la milonga La espuela. ¡Que gustazo verlos moverse así, tan frescos, juveniles, y semejante arte!
Y cómo no puedo resistirme a inyectar otra muestra de la polenta de estos chicos, cerramos con La cumparsita por los mismos Javier y Geraldine, en el año 2001. Estaban en Bologna. Estaban...
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