La gira arrancó a fines de 1953, pero ya un año antes, una cantante nipona, que interpretaba los temas por fonética, llega a Buenos Aires, actúa en un programa radial de difusión masiva y consigue los plácemes del público. Se llamaba Ranko Fujisawa y su esposo Shimpei Hayakawa, dirigía en Japón la Orquesta Típica Tokio, lo que hablaba claramente del impulso que había cobrado el tango en aquel país. Ranko grabó en Buenos Aires acompañada por la orquesta de Víctor Buchino. Luego registraría con Miguel Caló una lista de temas e incluso alguno con Carlos García.
Los japoneses pretendían efectivamente llevarse a Pirincho, pero éste se negó a viajar, y el elegido fue su hermano Juan. El empresario Bernardo Salas se hizo cargo de la aventura como manager y fueron reclutados músicos de muy buen nivel con los cuales se armaría la orquesta bajo la dirección de Juan Canaro, que además llevaría dos voces de mucho tirón, como la consagrada María De la Fuente y Héctor Insúa, que venía de cantar en las orquestas de Horacio Salgán y Ástor Piazolla, entre otras.
Los arreglos del repertorio les fueron encargados a Argentino Galván, Ástor Piazzolla y Osvaldo Tarantino y la orquesta estaba integrada por: Alfredo Marcucci, Arturo Penón y Ramón Torreyra en bandoneones; Hugo Baralis, Emilio González y Henry Balestro en violines; Rufino Arriola en contrabajo y Tarantino al piano. Además completaron la comitiva, la pareja de bailarines Julia y Lalo Bello y un folklorista, Silvano González.
María de la Fuente, Baralis, Marcucci, Insúa, Penón, Tarantino, Canaro y el resto |
El avión con la comitiva despegó de Buenos Aires en diciembre del 53 y después de dos días de viaje arribó a Tokio. donde fue recibida con honores oficiales. El debut se produjo en el Teatro Nichiyeki, con la presencia de la familia real en el palco, y el aforo completo. Juan Canaro escribió dos temas que se estrenaron esa noche: A su majestad y Saludo a Japón. La gira fue un éxito total en asistencia de público y críticas y el tango recibió su visto bueno definitivo.
Le contaba Osvaldo Tarantino a Horacio Ferrer, posteriormente:
-La recepción fue la mejor que podías imaginar. El público deliraba, gritaba y lloraba de felicidad en ése y en otros teatros, jamás con menos de tres mil localidades, durante los sesenta recitales que dimos saliendo de la capital a casi todas las islas del país. Recuerdo especialmente nuestras actuaciones en Osaka, Kobe, Yokohama. En Hiroshima las topadoras estaban todavía rehaciendo calles, pero el acontecimiento del tango superaba todo lo sospechado por nosotros y todo lo que nos habían contado antes de partir. Tocamos también en radios y grabamos dos discos de larga duración. Fue para no olvidárselo nunca más.
Esto explica lo que llega a ser luego el tango en ese país tan lejano. Jorge Caldara y Fernando Tell, se radicarían un tiempo allí y dirigirían orquestas formando a músicos nipones. Juan Canaro, incluso, retornará cuatro años más tarde, antes de retirarse definitivamente de las actividades artísticas para ir a vivir a Mar del Plata, donde fallecería en 1977.
La senda abierto por la delegación que encabezó Juan Canaro, sería transitada a partir de ahí por orquestas, músicos, cantantes de ambos sexos, y parejas de baile. El tango es hoy día una de las expresiones musicales que se imponen en el gusto de las japoneses. Incluso hay orquestas autóctonas que suenan muy bien y bailarines que se exhiben por el el mundo.
Vamos a recordar un par de temas de aquellos que grabó la orquesta en Japón, durante ela año 1954. El primero de ellos es Yira Yira, de Enrique Santos Discépolo, cantando Héctor Insúa. Y a continuación, Loca de Manuel Jovés y Manuel Romero, con la hermosa voz de María De la Fuente.
26- Yira yira - Juan Canaro - Héctor Insúa
27- Loca- Juan Canaro-María De la Fuente
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