Y el recuerdo va hacia atrás porque esto lo contaba Alberto Marino sobre sus comienzos.
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Aníbal Troilo y Alberto Marino |
Se llamaba Alberto Marinaro y nació en Verona. Supo enrolarse en la Academia de canto de Eduardo Bonessi, el mismo que lo pulió a Carlos Gardel y a tantos intérpretes tangueros. A los 16 años debutaría en el Cine Palermo y en Radio Mitre. Decidió optar por el alias artístico de Alberto Demare, que tenía similitud con su verdadero apellido.
Cantó con varias orquestas, desde la de Emilio Balcarce hasta la de Emilio Orlando. Allí lo descubriría Aníbal Troilo cuando intervenían ambos conjuntos en Radio El Mundo. y el mismo Pichuco le confesaría a Horacio Ferrer su admiración por el ya consagrado como Alberto Marino.
-Cuando lo escuché a Marino me quedé absorto con su voz. Pero hubo otra cosa: milagrosamente encontré en su manera un dejo gratísimo del gallego Rodríguez Lesende a quien yo había querido para mi orquesta al principio. Y lo más notable era que Marino jamás lo había escuchado al gallego.
Sería Alfredo Gobbi quien lo sellaría con aquel rótulo tan justo: "La voz de oro del tango", porque realmente era un cantor distinto, vitalizante y aquel dúo que hicieron con Floreal Ruiz en la orquesta de Pichuco fue todo un impacto popular y sus grabaciones se vendían en forma increíble.
-En la radio me conoció Pichuco, con cuya orquesta debuté antes de debutar, el 1 de diciembre de 1942, porque estaba aún ligado a la orquesta de Orlando cuando fuí a la celebración de un aniversario del Palermo Palace, en el que actuaba Troilo. El público, sabiendo que yo ya tenía contrato para actuar con él, me obligó a subir al escenario, donde canté con la orquesta Pa'que bailen los muchachos y Mi noche triste. Y el 4 de abril de 1943, grabé mi primer disco: Tango y copas, subrayaba Marino
El tango del título se lo cantaba Marino a Floreal en los ratos libres de los ensayos con Troilo. Y le contaba que de jovencito actuaba en un café de la calle Chenaut y tenía como tango preferido y reiterado a Se marchita un clavel. En su casa siempre se pasaban tangos de Ada Falcón y Corsini, que tenía su cuñado, y era seguidor de Charlo y Oscar Alonso. Pero nunca llegó a grabar aquel tango favorito.
El mismo que se quedó en la oreja de José Basso, que era el pianista de Troilo en aquella época y de Floreal, su compañero de rubro. Y entre los dos se compincharon para ensayarlo y finalmente grabarlo el 26 de abril de 1960. Es el tango que hoy traigo a la palestra como recuerdo de esos dos impresionantes cantores: El Tano y el Tata, que dejaron una huella imborrable.
Y me voy también a ese primer tema que grabó Marino con Pichuco: Tango y copas, de Héctor Artola y Carlos Bahr, grabado el 5 de abril de 1943.