Pichuco, soy yo tu bandoneón el que te habla,
Aníbal Carmelo Troilo (Pichuco) de Soler y Gallo.
Soy ese mismo que cuando pibe me llevabas
al cine de Corrientes y Medrano,
Yo soy aquel que compró tu vieja
con los pesos que guardaba en el ropero,
y por ella más triste fue mi queja
cuando estrenamos "Alma de bohemio".
Soy ese mismo que al lado de tu cama dormía
en tus tiempos de soltero,
Doña Felisa entraba y te tapaba, y a mí también
por ser tu compañero.
Después un ángel te besó en la frente,
ese mismo que llevás en tu sonrisa,
te aplaudieron las luces de Corrientes
y tus tangos se oían como en misa.
De tus manos pasé a las de Paquito,
¡no sabés con que orgullo me llevaba!,
pero yo, perdoname Pichuquito,
el calor de las tuyas extrañaba.
Y después vino otro fueye más diquero,
mi sonido ya lo sé no era muy puro,
y yo lo comprendí, porque te quiero.
Pero lloré de pena te aseguro,
y a tu lado quedé, quedé como un recuerdo,
añorando tus sueños, los ensayos,
como quedó tu pieza de soltero
allá en la casa de Soler y Gallo.
Ya ves cuantos momentos deshojamos
en este mano a mano de recuerdos,
Tanta lucha por llegar, pero llegamos,
y tu nombre en el tango será eterno.
Será eterno lo afirmo con orgullo,
porque sigo compartiendo tu tristeza,
porque sigo escuchando al lado tuyo
el frasear que golpea tu nobleza.
Y te hablo así porque yo, yo fui el primero
que tus dedos de tigre acariciaron,
Ya lo sé, que estoy viejo y soy fulero,
pero en ésta te juro que matamos.
Y arriba "Pichu" que te sobra cuore,
sacame a través del apoliyo,
Hacé de cuenta de que vino "Fiore",
y tenemos que ensayar un estribillo.
Soy yo , yo tu bandoneón el que te habla,
Aníbal Carmelo Troilo (Pichuco) de Soler y Gallo,
Por el tango que es el alma de tu alma,
en tus brazos llevame al escenario
Héctor Gagliardi
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