Los Treinta y Tres Orientales es el nombre con el que se conoce a los hombres que, liderados por Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe, en 1825, emprendieron una insurrección para reincorporar la Banda Oriental (territorio que comprendía lo que hoy es Uruguay y parte del dominio brasileño) a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Dada la indefinición de la guerra entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y el Imperio del Brasil, ambos estados acordaron establecer un nuevo país, el actual Uruguay, por lo que el objetivo original de la lucha (esto es, la reincorporación de la Banda Oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata) mutó en la independencia uruguaya y su ruptura definitiva respecto de las demás provincias argentinas.
Juan Antonio lavalleja |
El 19 de abril de 1825 un grupo de hombres liderados por Juan Antonio Lavalleja y por Manuel Oribe, cruzaron desde Argentina, el Río Uruguay y desembarcaron en la Playa de la Agraciada, ubicada en lo que actualmente es el departamento de Soriano.
Juan Antonio Lavalleja, considerado el Jefe de los Orientales, participó en el comienzo de la Revolución Oriental de 1811 liderada por José Gervasio Artigas, y continuó con un destacado rol en la lucha por la independencia.
El desembarco de los Treinta y Tres Orientales es considerado uno de los hechos más importantes de la historia uruguaya, debido a que dio inicio al levantamiento oriental contra quienes dominaban el territorio, los portugueses. La lucha continuó con fervor, y el 25 de agosto del mismo año, la Provincia Oriental declaraba su independencia del Imperio del Brasil. No todos los participantes eran orientales ya que en la lista de los 33 había algunos argentinos e incluso paraguayos.
En el año 1868, Juan Manuel de Rosas, que fuera el Gobernador de Buenos Aires, desde su exilio en Southtampton (Inglaterra), recordaba algunos datos importantes de aquel suceso:
-Recuerdo, al fijarme en los sucesos de la República Oriental la parte que tuve en la empresa de los 33 patriotas". Refiere al itinerario y el objeto aparente de su viaje, tal como queda narrado, y agrega: "Ello crea una trampa armada a las autoridades brasileras en esa provincia (la Oriental) para que no sospecharan el verdadero importante objeto de mi viaje, que era conocer personalmente la opinión de los patriotas, comprometerlos a que apoyasen la empresa, y a ver el estado y numero de las fuerzas brasileras. Así procedí de acuerdo en un todo con el ilustre don Juan Antonio Lavalleja; y fui también quien facilitó una gran parte del dinero necesario para la empresa de los 33...
El número 33 es considerado como ideal por la masonería. Y como varios de los participantes eran afiliados a dicha secta, decidieron utilizar esa cifra como símbolo.
Y traigo este hecho histórico a la página, porque el bandoneonista José Felipetti y el violinista Alfredo Mazzeo, para un aniversario de la celebrada gesta y al conocer algunos de los pormenores de la misma, decidieron componer un tango que la recordase. Y aunque no tuvo muchas interpretaciones, la página le llegó a Carlos Di Sarli que la ensayó con sus músicos y decidió incorporarla a su repertorio.
Y gustó tanto que grabaría Los treinta y tres orientales en 1948, 1952 y 1955.
Los invito a escuchar la versión registrada el 10 de junio de 1952.
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