Incluso hubo varios momentos de su vida en que dejó la música para ponerse a trabajar en una escribanía, o en la Casa Dreyfus, en Bunge y Born "para parar el puchero", como le confesaba a Héctor Bates. Se iniciaría en las filas del tango en 1911 junto a Augusto Berto y Julio Doutry, en un trío de bandoneón, violín y piano muy al uso de la época. Luego, como sucedía con todos aquellos jóvenes personajes, se iban armando tríos, cuartetos y alguna que otra formación orquestal, porque el trabajo no daba para mucho y había que tocar en recintos complicados, a veces.
José Martínez |
El Teatro, el que habían actuado destacadas compañías nacionales de comedia, había sido transformado en Academia de baile "a diez centavos la pieza". El local proveía de bailarinas, incluso, a los numerosos milongueros que pagaban para bailar con las mujeres contratadas. Muchos estudiantes acudían a este encuentro y también El Cachafaz, renombrado bailarín de la época, a quien no se le cobraba entrada porque él sólo ya arrastraba a mucha gente.
1916. Quinteto de Pirincho en Rosario: Thompson, Martínez, Canaro, Pedro Polito y Rafael Rinaldi |
Con una experiencia ya adquirida junto a diversos músicos, su paso por los cafetines de la Boca, cuando el tango se había trasladado a la Ribera del Riachuelo, lo convoca Eduardo Arolas para reemplazar nada menos que a Agustín Bardi, actuando en el Cabaret Royal, que luego sería el Tabaris, de la calle Corrientes. Su nombre ya pesa fuerte en el ambiente, sigue componiendo tangos mientras toca y Arolas le escribiría algunos de ellos.
Es en 1917, cuando Francisco Canaro había trepado en la consideración de los tangueros con su orquesta, se fusiona con la de Roberto Firpo para actuar en los carnavales de 1917 en el Teatro Colón de Rosario. Músicos como Eduardo Arolas, Osvaldo Fresedo, Bachicha Deambroggio, Tito Roccatagliata, Pedro Polito, Agesilao Ferrazano, Juio Doutry, Leopoldo Thompson, Alejandro Michetti, forman en ese equipo innovador. Los pianistas son el propio Firpo y José Martínez.
Osvaldo Fresedo, se desvincula de la orquesta de Canaro para formar conjunto propio y tocar en el Casino Pigall. Poco tiempo después el "gallego" Martínez es el que se independiza para formar su propia orquesta que tocará en el cabaret L'Abbaye, de la calle Esmeralda. Y el propio Canaro lo confesará tiempo después de aquellos alejamientos que, pensaba, debilitarían y mucho a su orquesta.
-Los bandoneonistas eran escasos -diría Pirincho- y recurrí a Minotto, que trabajaba en Montevideo. Y como nada tenía que envidiarle a Fresedo, se impuso al poco tiempo. El problema vino cuando José Martínez decide formar orquesta propia para debutar con ella en el cabaret L'Abbaye, de la calle Esmeralda. Y esa sí que fué una lamentable baja. Lo suplanté con Luis Riccardi, pianista de estudios y buena técnica...y me tuve que aguantar las quejas de la muchachada del Royal. Notaban el cambio y echaban de menos el típico compás de Martínez. ¡Me costó un triunfo ir convenciendo a la clientela del cabaret!
Martínez también se dedicó un tiempo a tocar con varias compañías teatrales de éxito, y en una de ellas, El Gran Premio Nacional, estrenaría su hermoso tango Polvorín, dedicado a un caballo de carreras, con letra de Manuel Romero, grabado por Gardel en 1922. Retirado del ambiente, moriría a los 49 años, pero nos dejó una parva de tangos que enriquecen los suelos de las milongas por su belleza. Y cito algunos que nos son muy familiares: Pablo (dedicado a Pablo Podestá), Canaro (1915, dedicado a Pirincho), El pensamiento, Punto y coma, El cencerro, De vuelta al bulín (con Pascual Contursi), Yerba mala (dedicado a Bardi), La torcacita (genial interpretación de Di Sarli), Olivero (maravilla de Pugliese), Punto y coma, El matrero, Lepanto, El palenque, temas que nutrieron el repertorio de infinidad de orquestas.
Hoy lo revivo en dos de esos temas: Punto y coma, grabado por la oquesta de Osvaldo Pugliese el 13 de septiembre de 1948. Y El pensamiento, que llevó al disco Juan D'Arienzo con su orquesta el 26 de julio de 1945.
Osvaldo Pugliese - Punto y coma
130- El pensamiento - Juan D'Arienzo
salute jose maria,que autorazo el gallego y dicen o lei que el tipo no sabia leer musica,menos mal.....ja pablo que tangazo y que bien lo hace pichuco que lei que era el tango que mas le gustaba abrazo juancho de boedo
ResponderEliminarAsí es Juancho. Pese a sus carencias concibió unos tangos preciosos, que le pasaban al papel sus compañeros. Pablo me encanta y lo pongo seguido en la milonga. Tiene un ritmo genial. Y cuentan que tocando el piano era un fenómeno...
ResponderEliminar¡MUCHOS SON LOS TANGOS QUE SE DESTACAN, PERO "PABLO" TIENE EL DON DE HACERME REPENSAR !!
ResponderEliminar¡ SIEMPRE PENSÉ QUE ESTARÍA DEDICADO A UN HIJO, PERO NO !!
¡ DE TODOS MODOS, TIENE EL EFECTO DE "PAMPA", ES COMO QUE ME CAMBIO EL CAMINO !
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ResponderEliminarNo olvidemos el que en mi opinión es el más bello tango de José Martínez, y posiblemente uno de los más bellos del acervo tanguero: "Pedacito de Cielo".
ResponderEliminarNo confundir con el vals del mismo nombre de Enrique Francini y Héctor Stamponi con letra de Homero Expósito, sin duda también una hermosa página.
Dejo una sitio de internet para quién quiera escuchar este tango de José Martínez en la versión de la orquesta de Agelisao Ferrazzano:
https://www.youtube.com/watch?v=FCwg8AZuefI
Gracias por el tango de Martínez
EliminarBuenas noches José María Otero! que buen posteo y que buenos tangos. Una consulta, sabe de que año es el tango El Pensamiento? muchas gracias desde ya!
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EliminarEs de 1913, cuando lo grabó Augusto Berto.
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