(Fueye. Homero Manzi-Charlo. 1942)
Allá por 1945, Angelito Vargas cantaba con la orquesta de Ángel D'Agostino, estos versos de Carlos Lucero:
Lista tu figura, llegada la noche
te vestís ligero después de cenar,
con un cigarrillo prendido en los labios
salís de tu casa, te vas a bailar...
Los prolegómenos del traslado a la milonga eran realmente así. Cargados de ilusión, tanto hombres como mujeres, iban en busca de la gran aventura de la noche: bailar mejor que nunca y sentirse reyes y reinas en la pista.
Pasaron 70 años y las expectativas, la convocatoria ilusionante, sigue aflorando en los milongueros de ambos sexos y nosotros no somos la excepción, porque incluso como organizadores tenemos otros límites, otras circunstancias que nos empujan con el mismo fervor que volcamos estas noches de sábados y de martes, en BIEN MILONGA.
Suelo traer a esta página milonguera las conclusiones a que llegan la gente de TANGO TECNIA en un enjundioso estudio con bailarines de toda América y Europa, y hoy me detengo en la hoja número 29, que lleva el título: ¿Por qué bailas tango?
Las más recurridas son:
. Por herencia familiar
. Para socializar con otras personas
.Por sugerencia de amistades
- Para acompañar a una pareja.
Luego hay unas 600 motivaciones más, pero destaco las que tienen más porcentaje.
Y para inyectar un poco más de octanaje y fiebre milonguera a la muchachada de Madrid, les invito a ver este contrapunto entre Pocho Pizarro y Pepito Avellaneda, bailando una milonga con sus respectivas parejas, en el porteño Teatro Regio en 1991.
No hay comentarios:
Publicar un comentario