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viernes, 29 de noviembre de 2013

Alejandra Mantiñán

Los milongueros necesitamos, aparte de bailar permanentemente para tener aceitadas las tabas y sentir esa emoción que se escenifica cuando el ritmo de la orquesta nos calienta el cuore y los remos, ver a los buenos bailarines, a los grandes, a los que marcan época, en acción.

Hce poco lo veíamos en este blog a Miguel Ángel Zotto, el gran referente entre los maestros, junto a su compañera Dayana, demostrando que no sólo sigue manteniendo el gran nivel que lo consagró, sino que siempre aporta ese "poquito más" que caracteriza a los grandes.

Entre las damas que iluminan los escenarios y las pistas, si bien es cierto que hay muchas de grandes calidades, sigo pensando que Alejandra Mantiñán es una elegida, alguien que marca época por sus maravillosas dotes artísticas e interpretativas.

                                     

A veces, hasta da la sensación de que algunos de sus compañeros de baile, le quedan chicos, como si limitaran su vuelo. Aunque esta impresión seguramente sea injusta porque la acompañan muy buenos bailarines, pero, es como si ella necesitara rienda larga de su jinete, como los grandes caballos de carrera que no soportan el freno y quieren volar en la pista, y pido perdón por la metáfora.

                                 


La veo permanentemente y comprendo que no es fácil estar a su altura, o quizás es una cuestión de práctica y acostumbramiento a los movimientos en pareja por parte de sus acompañantes, que suelen ser distintos, porque no tiene una pareja fija, y quizás ahí resida el quid de la cuestión.

Ha recorrido el mundo durante 3 años con el Sexteto Mayor, luego con el espectáculo Tango argentino, visitó más de 400 ciudades, y hoy, independizada, tiene una escuela en Roma con casi 400 alumnos y dos en Alemania. Alejandra no tiene límites y sigue creciendo.

                                         


Los invito a verla junto al notable Filipo Avignonesi exhibiéndose en San Petersburgo (Rusia), bailando el vals de Rosita Melo,  Desde el alma, por la orquesta de Osvaldo Pugliese, en un recinto estrecho.


                                         

Y a continuación, en este tango Mandria, por Juan D'Arienzo y la voz de Alberto Echagüe.

                                            
                      

1 comentario:

  1. QUE BUEN GUSTO! UNA IDOLA TOTAL!!! ES UNA FERRARI!! UN ABRAZO PA ELLA Y PARA UD. . NESTOR

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