Esta pregunta, formulada en Europa, seguramente tendrá fácil decantación de uno u otro lado. El tango tiene muchos años de permanencia en el viejo mundo y por acá han pasado los grandes cantores, desde Carlos Gardel hacia adelante, como también numerosas orquestas típicas. Incluso han habido algunas radicadas en este continente, y arrancando desde París para actuar en otros países.
Pero el rubro tanguero-milonguero no engloba a todos los seguidores del género. Y no sólo acá sino incluso en Argentina-Uruguay, la cuna de esta música. En mi caso personal lo he vivido con mi hermano, que me llevaba dos años de ventaja y era tanguero a muerte. Compraba discos y escuchaba tango por la radio todos los días. Le gustaba mucho D'Arienzo pero también el cuarteto de Roberto Firpo que volvía hacia el pasado después de haber tenido una excelente orquesta.
Y sin embargo mi hermano nunca bailó tango. No era milonguero como yo, que también amaba, sentía el tango en mis venas y se me quedaba todo en la cabeza y el cuore. A tal punto que con 25 años participé en "Odol pregunta" sobre la historia del tango. Y había entonces sólo un canal de televisión y tenía infinidad de seguidores.
He conocido a grandes coleccionistas de tango, a gente que sabía muchísimo pero que no le interesaba el baile, era ajenos al entusiasmo que despertaba la milonga en todos los barrios porteños. Esa impresión de plenitud con las grandes orquestas actuando en los clubes de barrio y arrastrando multitudes. El rotundo motor que nos empujaba a la pista a los milongueros.
Viviendo en España, claro, se profundiza la diferencia y muchas veces lo lamento al acudir a algún Festival o una milonga donde el encargado de musicalizarla no domina la nerviosa intensidad de cada orquesta que selecciona para los bailarines. Ese aura mítico e icónico que está encerrado en un disco y que sirve para lanzarnos a la pista o quedarnos quietos por falta de motivación en este juego metateatral.
La algarabía social del baile, encuentra en el tango algo distinto. La brujería electrónica actual, no encaja en todo lo que encierra el antiguo tango. Porque seguimos bailando los temas grabados entre los años treinta y casi sesenta. Han pasado tantas décadas y la potencia estética de esta cultura tanguera y su relevancia en varias generaciones, sigue retransmitiéndose y esparciéndose por el mundo, a través del baile y sus efervescentes noches.
Y vuelvo a la reflexión del título de la nota: ¿Tanguero o milonguero? En lo que mí respecta, confieso que si tengo que elegir un tango cantado, sabiendo que es muy difícil escoger entre 40 o 50 mil registros discográficos, sin dudas me inclino por Sur, de Manzi y Troilo, grabado por Pichuco , cantando Edmundo Rivero.
Y si se trata de escuchar orquestas, Pugliese instrumental me fascina. D'Arienzo me levanta el ánimo. Hay algunos temas que me traen evocaciones de muchos años atrás por distintas orquestas. Me gusta Lucio Demare. Raúl Berón tiene algo especial. Los mitos tratan con emociones e intangibles y aún perduran en la memoria sentimental de muchos porteños. Y podría seguir un rato largo...
Pero hay que saber diferenciar entre escuchar orquestas y cantores y bailar con las mismas. Y ahí es donde se produce el desbarranco de muchos pinchas, sobre todo en Europa. No dominan el territorio milonguero y se confunden con el material del almacén tanguero. Más allá de los gustos personales que todos tenemos, hay que saber diferenciar.
Siempre fui hincha de Troilo. He ido a verlo cada vez que pude, en distintos escenarios. En Mar del Plata, en Caño 14 incluso tuve charlas con él y fue allí donde me regaló su hermosa foto autografiada que relampaguea arriba de mi escritorio. Ahora bien, para bailar Troilo, sólo escojo entre los primeros 71 temas que llevó al disco, con Orlando Goñi al piano y Fiorentino con su gola musical. El resto no me interesa para milonguear y la diferencia es muy notable.
Y así podría seguir con otras orquestas bailables, como la de Carlos Di Sarli, un lujo para los milongueros. No se pueden mezclar en una tanda sus grabaciones más ligeras de los años cuarenta con la segunda parte de los cincuenta. La superación sonora fue creciendo con el tiempo y se notan los temas más trabajados aunque siempre, melódicamente, es un placer tanto para escuchar como para bailar.
D'Arienzo es el arma decisiva de los/as milongueros/as. Veo bailar a algunas parejas como si estuviera sonando Pugliese, cuando suena un tema del Rey del compás, y me entristece. Y lo malo es que pasa seguido en España. Es fundamental enseñar el ritmo orquestal, que los bailarines distingan y conjuguen sonoridad y sentido musical de las orquestas cuya frecuentación nos acompaña en la milonga.
Y así como me encanta escuchar Pugliese y esos arreglos maravillosos de sus músicos en los años cincuenta, por ejemplo, también son ideales para disfrutarlo en la pista con la pareja que sienta, que escuche, que distinga, el ritmo, los entresijos de la orquesta. Y ahí es donde noto el déficit, en España. Cuesta mucho, muchísimo encontrar la pareja que domine los tempos de la orquesta, que fue con la que más veces he bailado en vivo. Con D'Arienzo volás,con Pugliese soñás. Con los dos disfrutás.
Claro que también están otras Típicas que no faltan en la milonga: Caló, Tanturi, Biagi, Donato, Fresedo, Laurenz, Enrique Rodríguez... todas son distintas y tienen ese algo que te empuja a la pista, y en algunos casos, a quedarte piola... Ahí ya entran a jugar los gustos personales. Incluso entran a tallar el tanguero y el milonguero. Yo juego con las dos camisetas.
Señor muchas gracias por su blog, soy un estudiante de 23 años de Argentina y siempre que puedo lo leo, aprendo muchas cosas respecto al tango con usted. Muchas gracias.
ResponderEliminarSeguí estudiando y, de paso, echate un tanguito para alegrar el alma. Abrazote!
EliminarCoincido en todo con usted, es un verdadero tanguero y milonguero
ResponderEliminarMUY BUEN COMENTARIO
ResponderEliminarREFERENTE A NUESTRA
MÚSICA POPULAR Y
RIOPLATENSE SUMANDO
MÚSICOS CANTANTES
Y HERMOSAS ORQUESTAS
QUÉ LA LLEVAMOS TODOS
EN NUESTRO CORAZÓN
QUÉ EMOTIVO
PARA TODOS
EXELENTE
Gracias por los comentarios. Un placer hablar sobre estos temas que nos tocan el cuore.
ResponderEliminarQuisiera saber si uno puede ser tanguero y no milonguero, y viceversa, ser milonguero sin ser realmente tanguero porque le gusta la danza. Conozco gente que si bailan el tango pero no percibo que tengan esa admiración por el 2x4. Por eso es mi pregunta de que un milonguero no es necesariamente un tanguero. Gracias por anticipado por su respuesta. Quiero aclararle que vivo en EE.UU.
ResponderEliminarEso se ha dado siempre. Conocí coleccionistas de tango que tenían un material impresionante. Cuando yo, jovencito participaba en un famoso concurso respondiendo sobre tango, varios de ellos se acercaron a conocerme , sorprendidos y me invitaron a sus casas a enseñarme material exclusivo para ayudarme, ninguno era milonguero. He conocido en aquellas barras juveniles a muchachos muy tangueros que se sabían todo sobre orquestas, cantores, autores y no bailaban. Y a la inversa. Ahora que no hay aquella maravillosa difusión ni se venden discos como antaño, es más normal. Los músicos, compositores, cantores de tango no bailaban. En Europa o Estados Unidos es más normal porque descubren el tanto muy tarde y sólo lo bailan pero meterse en los entresijos del tango es tarea ardua si no entraste de joven.
ResponderEliminarEl milonguero lo usa al tango y en general no lo ama.
ResponderEliminarUd. Es una excepción.
ResponderEliminarHay de todo, como en botica, pero he conocido muchos milongueros que eran tangueros a muerte.
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