Marabú, con Di Sarli; Tibidabo, con Troilo; Chantecler con D'Arienzo, con D'Agostino, son ahora los tres refugios bohemios de la medianoche elegante de Buenos Aires de este tiempo.
Los tres cabarets definen un eje trasnochador en torno del cual se ordena la calle Corrientes, ensanchada y poblada de esos personajes que la ungen gran peña de todos los desvelos.
Uno sigue siendo Carlos de la Púa "aunque los negocios inmobiliarios, pibe -lamenta un íntimo suyo- lo sustraigan demasiado de la milonga".
Otro es el discípulo muy preferido de "El Malevo jefe": Barquinazo. Otros: Pepe Razzano, sesentón y copioso caudillo de tertulias hasta el alba, que acarrea en verba y moda a la nueva época giros, hábitos y picardías con el sello de Gardel:
-Chofer, maneje con cuidado que lleva glorias...
-Pero che, quien te hizo ese jetra, ¿un chapista?
-Chofer, maneje con cuidado que lleva glorias...
-Pero che, quien te hizo ese jetra, ¿un chapista?
Otros a los que ya hemos encontrado: Cadícamo, Pichuco, Cátulo, Katunga Contursi, Manzi, Ciriaco Ortiz con sus humoradas surrealistas:
-Pobrecita; tan jovata y flaca y teñida: ¡parece un choclo! Bueno, en realidad pasa que está sin terminar: la entregan el viernes. (Pausita) ¿Que si me voy a dormir? Dentro de un rato. Total, llego a casa, me saco dos fotos y me acuesto.
Algo más allá, en la cervecería alemana "El Ciervo", de Corrientes y Callao -la frontera oeste de la avenida que sigue siendo calle-. se apretuja la barra de los nuevos: Argentino Galván, Stamponi, Duca, los Expósito. El dueño les deja la llave del negocio y se va a dormir.
Entonces el negro Lamadrid pone a navegar su vozarrón con la sentina cargada de una poesía inédita. La más osada y la más bella que tiene Buenos Aires de verso "en seco", en ese atrevimiento con que "El Negro" reforma el antiguo chamuyo arrabalero, casi medieval.
Él le perfecciona su metejón con lo inaudito, haciendo más puntiagudo el arco poético del porteñismo genuino, tierra nuestra del porrón que se hace gótico, pero con la misma ginebra dentro, para hendir lo metafísico:
"Jamás vi a un pueblo
que amara tanto y tenazmente
a las húmedas noches
del olvido;
jamás un pueblo
fue más amado por sus hijos,
y sin embargo fuimos
apaches inocentes
y jugamos al sino fatalista
bajo el signo barroco de los Tangos".
"Oh, Rosa,
amo tu simple nombre de esperanzas,
justo en el filo rápido
donde el hombre es amado por su sombra,
ese vértice gris y melancólico
del Tango"
...................................................................
"Este perfil fumado,
esta ramera,
este logi afanado,
esta temperatura de jailaifes,
me hacen garabatear la fugitiva
desesperada forma para hallarte,
para apresarte,
danza y dolor en el relantiseur
de espejo hipnotizado, Los dopados.
Velos aceitunados cuando muere
el rumor de los tacos de las minas
y el esguince
de cinturas apaches
juega con su diagrama de los cortes
en las vertebraciones melancólicas,
me tatúan
con su linterna parda del coraje.
Me quema su melena por la boca
y entro a la torva espuma de los solos".
(Del libro de Horacio Ferrer)
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