de espíritus en flor:
El tango los pegó;
historia de suburbio sin reloj,
sensual revolución
de abrazos y emoción.
Marta Pizzo
Sí...sí, abrazos y emoción. Es lo que tiene la danza del tango, y esta noche de martes 5 de junio, en la Casa de Aragón (Pza. República Argentina nº 6 -Madrid), desde las 21 a las 0 horas, le daremos gusto al cuore, al cuerpo y las gambusas, como lo mandan los cánones.
Para ello me he esmerado, como siempre, en la selección de la música que bailaremos esta noche en la coqueta pista de madera que nos sirve de escenario personal y de la barra milonguera, que acude a la cita de los martes para celebrar otra velada de las que dejan poso.
Para ir entrando en situación salgo de viaje por esas pistas de distintos países, donde el tango ha sacado carta de ciudadanía. Y donde D'Arienzo, Pugliese, Troilo, Di Sarli, Tanturi, son los próceres de cada noche, e ainda mais.
Arranco por el Tango Club Milonga de la calle Loyola 828, en Buenos Aires. Allí, la pareja milonguera: Suyay Quiroga-Diego Chandia, muestran sus credenciales en la pista, al compás de Aníbal Troilo y Alberto Marino, en Mi tango triste.
El segundo paso me lleva a Lodz-Polonia para ver a Sebastián Achával y Roxana Suárez que se mandan flor de exhibición con la milonga No hay tierra como la mía, ejecutada en forma instrumental por la orquesta rusa: Solo Tango.
Salto a Baltimore-U.S.A., y me planto en la milonga llamada Tango Element. Allí están Los Totis -Christian Márquez y Virginia Gómez-. En este caso encandilan a la parroquia bailando el valsecito Alma dolorida, por la orquesta de Juan D'Arienzo.
Y hoy me voy a extender porque estoy embalado y la parroquia se lo merece. Qué mejor que cerrar la jornada en Amberes-Bélgica, con Sebastián Arce y Mariana Montes mostrando sus excelencias con una milonga de fondo. Por la orquesta de Francisco Canaro, cantando Ernesto Famá: La milonga de Buenos Aires.
El calentamiento pre-milonga no pudo ser mejor. ¡Quién nos para esta noche!
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