La ruptura de sus músicos, ocurrió en marzo de 1940, una vez cumplidos los contratos de carnaval. Fue, en principio un duro golpe para el exitosísimo director, aunque avisado de la fuga de sus músicos y de su cantor Alberto Echagüe con ellos, se puso rápidamente en marcha a recomponer la orquesta. No era tarea fácil, dado el éxito que tenían en ese momento. Pero una vez más, el olfato de D'Arienzo le permitió sobrellevar las dificultades y volvería a ganar el aplauso incondicional de su público.
La orquesta de Juan D'Arienzo antes de su disolución |
Entrevistado por un semanario tanguero, el contrariado director explicaba la incómoda situación sin manifestarse para nada contra los músicos que lo abandonaban, lo que demostraba una vez más el carácter bonachón de Juan D'Arienzo.
-Estoy preparando activamente una nueva orquesta, abocado, como saben ustedes y el público, a una situación de la que no soy culpable y que no busqué. Mis músicos, que ganan sumas conmigo que van desde los casi mil pesos a los mil seiscientos, no han tenido de mi parte más que un trato caballeresco siempre. Ahora, ellos creen encontrar mejores horizontes desvinculándose de mi conjunto y nada tengo que decir ante esa actitud, que me duele como hombre, porque creí ser digno de mejor consideración.
La situación que se le planteó al Rey del compás, la vivió Carlos Di Sarli, también Pugliese cuando se escindieron los integrantes del sexteto Tango. O Troilo, cuando debió darle la baja a Goñi, Baralis y otros músicos. El éxodo de cantores como Castillo, Vargas, Fiorentino, Marino, Morán, Floreal Ruiz, Campos y otros que fueron ídolos, obligó a los directores de esas orquestas a realizar algún milagro para disimular la pérdida del vocalista, punto fuerte de laas mismas.
Y en la renovación de su conjunto, D'Arienzo explicaba las novedades y daba pistas sobre la nueva formación que tantas expectativas estaba despertando entre su multitud de seguidores.
-He buscado nuevos músicos, pese a habérseme ofrecido grandes ejecutantes de otras orquestas. Pero, en quienes me acompañarán a partir de ahora, el público ha de encontrar verdaderas sorpresas. Desde los pianistas, que serán dos, aunque se turnan, hasta los violines, cantos, bandoneones, etc., van a ver que causarán sensación en el ambiente y entre los bailarines. Ya dentro de unos días sabrán sus nombres. Y verán que calidad soberbia hay en ellos, cuando escuchen a la orquesta, cuyos ensayos llevamos adelante tesoneramente, con más entusiasmo que nunca.
Finalmente, la gran orquesta de Juan D'Arienzo, cumpliendo las proféticas palabras de su director, quedaba integrada con tres pilares: Al piano, el jovencito desconocido Fulvio Salamanca, a quien D'Arienzo trajo del pueblo de Las Varillas, provincia de Santa Fe, para probarlo y que estaría diecisiete años en la orquesta. Héctor Varela sería el primer bandoneón y arreglador y estaría diez años junto al maestro. Y Cayetano Puglisi, que había militado en la formación de Roberto Firpo, y que con su "violín mojado" dejaría una marca imborrable en las grabaciones de Juan D'Arienzo.
Los músicos de D'Arienzo y Alberto Echagüe bajo la dirección de Juan Polito |
En este periplo de la orquesta, también alternaron Ángel Ramos, Alberto San Miguel, Jorge Ceriotti, Carlos Lazzari y José Antonio Di Pilato en bandoneones. Rodolfo Velo y Alberto Laga eran los pianistas suplentes. Olindo Sinibaldi el contrabajista. Estarán cantores como Alberto Reynal, Héctor Mauré, Juan Carlos Lamas, Armando Laborde y volverá Alberto Echagüe que estuvo en tres oportunidades con la orquesta y dejaría 135 registros discográficos con D'Arienzo.
Incluso retornaría Juan Polito, uno de los pianistas importantes que ha tenido el tango y cuyos dos hermanos Antonio y Pedro militaron con brillantez en el género. Juan reemplazaría en el teclado a Salamanca que se abría para formar su propia orquesta. Y el piano siempre fue vital en los conjuntos de D'Arienzo, por eso los cuidó y mimó tanto, sabiendo que eran parte fundamental del ritmo que enganchó de tal manera a los bailarines.
La orquesta de Juan D'Arienzo en 1945 con los cantores Echagüe y Laborde |
De aquella etapa de grandes cambios, escojo un par de temas que ilustran la savia milonguera que transmitían a las parejas en la pista, e incluso a los oyentes fans. Primero el tango de Juan Maglio Pacho, Quasi nada, grabado el 31 de diciembre de 1940 (¡Hasta ese día trabajaban!). Y a continuación El romántico, de Arturo De Bassi, en registro del 21 de septiembre de 1944.
Quasi nada- Juan D'Arienzo
El romántico - Juan D'Arienzo
Y podemos ver a la orquesta de D'Arienzo en vivo, de nuevo con Juan Polito al piano, interpretando a todo trapo el tango de Jovés y Romero: Loca. Y se me van los remos se me van... ¡Qué polenta!
se me cae la cara de la verguenza y quisiera estar equivocado pero ese no es es mismo pianista de la presentacion de paciencia la cumparsita de puro curda o remembranzas, muy bueno tambien como todos los pianistas de darienzo pero ese no es polito, o polito no es el otro, por favor si ouede averigue y de paso me ijustra y saca de la duda, no es ni fisonomicamente ni en sus movimientos
ResponderEliminarEl que está sentado al piano en la orquesta de D'Arienzo, interpretando el tango Loca, es Juan Polito. Seguro.
EliminarEn algunos vídeos estuvo sentado al piano Normando Lanzará, cuyo sonido era similar al de Polito, porque leía las mismas partituras, y eras de carácter similar a Unas Polito
EliminarMuchas gracias por su interesantísimo blog. Tengo entendido que el pianista Helvecio Italiani (tío de mi padre) tocó durante un período con D´Arienzo. ¿Tiene algún tipo de información al respecto? Fue también pianista de la orquesta de De Ángelis, pero no tengo muchos más datos al respecto.
EliminarMe urge la duda si el sonido de la "vaca" en el violin de puglisi se lo denominaba también "sonido mojado"? Y por que le decían sonido de la "vaca", Por que motivo?
ResponderEliminarSon las cosas de D'Arienzo, siempre graciosas. Esos sonidos graves que le imprimía Cayetano Puglisi en sus largos solos de violín, fueron llamados así por el director y quedaron para siempre. "¡La vaca!", le instaba D'arienzo cuando le tocaba hacer los solos a Puglisi...
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