Este tango, embellecido en la versión que hiciera del mismo Aníbal Troilo con Edmundo Rivero en 1947, es una muestra de la tendencia renovadora que siempre fue experimentando el género a lo largo de su historia. La letra de Alfredo Faustino Roldán pinta un drama que se presenta magistral en la interpretación que hiciera Rivero, aunque hubo otros cantores como Julio Sosa, Héctor Mauré, Jorge Ortiz o Alberto Castillo que lo agregaron a su repertorio y lo grabaron.
Alfredo Roldán fue un personaje realmente especial dentro del tango, porque tanto se apuntó como pianista, interviniendo en varios conjuntos, como en el teatro donde arrancó escribiendo sainetes. Curiosamente su nombre no aparece en la lista de los poetas ilustres que tuvo la música popular, pero si analizamos detenidamente los más de setenta títulos que registran su currícula, podemos apreciar la calidad de los mismos.
Muchos de ellos los firmó con el pianista Vicente Demarco y podría citar algunas de esas creaciones que demuestran el nivel de esta dupla en la composición: Tu olvido, Candombe, Voz de ausencia, Canto rodado, Acuyico, Hormiga negra, La peregrina, Ñanduty, Marcao, Alas, Camino, El atrevido, Copos blancos, En secreto o Guapo, por citar algunos. También le puso letra al conocido vals de Miguel Padula: Amor y celo. Gardel le dió cancha al grabarle: Ojas maulas, compuesto con Luis Bernstein y el valsecito: Mascotita de marfil que lleva música de Juan Pedro Castillo y Rafael Giovinazzo. Incluso Piazzolla compuso tres temas con Roldán.
Y vuelvo al tango del título porque lo representa, quizás mejor que ningún otro.
Tu cabellera rubia
caía entre las flores
pintadas del percal,
y había en tus ojeras
la inconfundible huella
que hablaba de tu mal...
Fatal,
el otoño, con su trágico
murmullo de hojarascas,
te envolvió
y castigó el dolor...
Después todo fue en vano,
tus ojos se cerraron
y se apagó tu voz.
Más dramático y tan bien expresado en versos no puede mostrarse... La música de su socio Demarco le da tono adecuado, íntimo, trágico.
Llueve,
la noche es más oscura...
Frío,
dolor y soledad...
El campanario marca
la danza de las horas,
un vendedor de diarios
se va con su pregón...
¡Qué triste está la calle!...
¡Qué triste está tu cuarto!...
¡Que sólo sobre el piano
el retrato de los dos!...
Y uno se imagina todo el cuadro, el frío, la lluvia, el drama del hombre que ha quedado sólo con el recuerdo.... y la foto...
El pañuelito blanco
que esconde en sus encajes
tu pálido final,
y aquella crucecita
-regalo de mi madre-
aumentan mi pesar...
No ves
que hasta llora el viejo patio
al oír el canto amargo
de mi amor
y mi desolación...
¡Porque las madreselvas
sin florecer, te esperan
como te espero yo!...
Uno no puede dejar de pensar en que esta angustia tiene que ser producto de un hecho real. Y más si lo escuchamos a Aníbal Troilo con su orquesta y Edmundo Rivero, en esta grabación del 4 de julio de 1947. El fueye de Pichuco va presagiando la tristeza del final. Y Rivero lo borda con su voz.
076- Tu pálido final-Aníbal Troilo-Edmundo Rivero
estos dos tenian que haber grabado doscientas por lo menos,la version que hacen de este tango es dificil de empardar, que va cha che esto alguna vez paso por buenos aires.en mi casa cuando estaban por radio silencio absoluto minga de hacer ruido al tomar la sopa.a los 7 años me impresiono la voz de rivero tanto como gardel del cual mi familia era fana saludos jose maria juan de boedo
ResponderEliminarCuando lo escuché por primera vez yo era un pibe. Y me dejó tocado. Es una maravilla. Salute.
ResponderEliminarNadie va a dscutir a Troilo y Rivero...Dos grandes....pero si
ResponderEliminarhablamos de "gustos" me quedo con Rivero en ARACA LA CANA....acompañado por (ayudame JM....) para mi....lo mejor que
grabo en su larga carrera...
Si la memoria no me falla, en Araca la Cana, lo acompaña BUCHINO....
ResponderEliminarExacto Walter. Es la orquesta dirigida por Víctor Buchino.
ResponderEliminarObra maestra la voz de ribero trasmite una tristesa infinita y el fuelle del gordo al final maravilloso
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