Actuarán cantantes, orquesta, parejas de bailarines, dúo de guitarristas, y a mí me tocará el papel de conductor del acto. Además recitaré un poema que le dediqué a Pichuco. Graciela Giordano por su parte, además de cantar, es la directora del espectáculo.
A los tangueros nos place muchísimo comprobar este reconocimiento mundial a los valores de Aníbal Troilo y la sucesión de homenajes que se le están brindando en diferentes ciudades y sitios de tango. Todo lo que fue sembrando lo está recogiendo 39 años después de su alejamiento definitivo de este mundo.
Pichuco a los 10 años, de centrehalf en la línea media de Defensores de Palermo, junto a Tito y Yacumín, ése que cita en su recordado poema, Nocturno a mi barrio:
Pero yo me lo acuerdo así:
con Yacumín, el carbuña de la esquina,
que tenía las hornallas llenas de hollín
y que jugó siempre de jás izquierdo
al lado mío, siempre, siempre...
tal vez pa'estar más cerca de mi corazón....
Y así establecía el paralelo entre el tango y el fútbol: "El fuelle me atraía tanto como una pelota de fútbol. La vieja se hizo rogar un poco, pero al final me dio el gusto y tuve mi primer bandoneón: diez pesos por mes en catorce cuotas. Y desde entonces nunca me separé de él".
De entre la parva de recuerdos que me trae Pichuco, me centro en aquel momento que decide buscar un cantor para acompañar a su único vocalista que era Fiorentino. Era el año 1942, cuando varios amigos le insistieron con la posibilidad de incluir a Roberto Rufino, que había marcado unos momentos fabulosos con Carlos Di Sarli y de cuya orquesta se había separado momentáneamente.
Abíbal Troilo y Alberto Marino |
Estaba entonces cantando con la orquesta típica de Emilio Orlando y allí fue con su representante, Elvio Vitale, a escucharlo y hablar con él. Y justo cantaba esa noche otro cantor de 22 años, sin pedigrí que a Troilo le llamó mucho la atención, era el tanito Alberto Marino (Vicente Alberto Marinaro). Luego de escuchar atentamente a ambos con su oreja infalible, le dijo a su acompañante.
-Vitale, arregle con el morochito (que era Marino)
Fue un cantor que marcó toda una época de Pichuco y al que Alfredo Gobbi apodaría: La voz de oro del tango. El 5 de abril de 1942, debutaría con Aníbal Troilo en el Tibidabo en medio de una gran expectativa y lograría éxitos en fila con los temas que iría estrenando. Luego de cuatro años de estar con Pichuco decidiría independizarse, lanzado a toda carrera hasta el estrellato.
Lo recuerdo con la orquesta de Pichuco en este entrañable tema del propio Troilo y José María Contursi grabado del 28 de noviembre de 1946: Mi tango triste.
07- Mi tango triste- Troilo-Marino
asi me la contaron y al final en epocas distintas tambien lo tuvo a rufino y a este lo pudo haber tenido cuando estaba con franchini y pontier y como rufino se quiso ir antes de finalizar el contrato y los directores broncaron el gordo desistio asi me la contaron vaya a saber saludos
ResponderEliminarLo dudo. Rufino ya no era el de los principios y se iba demasiado arriba. Cuando al final, años más tarde lo llevó, tuvo largas charlas con Arturo de La Torre su representante, pidiéndole consejo. Y después tuvo que volver a amansarlo tratando de que no desafinara, que "dijera" en lugar de cantar y que se entendiese muy bien todo lo que decía.
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