Tanturi-Campos

Hoy me levanté milonguero al cuadrado, y me estoy despachando tangos de Ricardo Tanturi con esa orquesta suya que tiene una polenta bailable impresionante. Este hombre estuvo oscurecido por otras grandes formaciones de su época y por eso no se lo valoró en su justa medida, dentro de aquel paraíso perdido.  Es cierto que cuando estuvo Alberto Castillo con su estilo rompedor y arrabalero, pero rítmico al mango, la orquesta dio un gran paso al frente en la aceptación popular.

Hoy está muy revalorizado y es casi imposible que en una milonga donde los musicalizadores tengan fundamentos sólidos, no caiga alguna tanda de Tanturi para levantar el clima y la atmósfera del recinto. Da lo mismo que sea en Buenos Aires, Munich, Los Ángeles, Cali, Tokio o Los Ángeles. La orquesta cotiza alto en las preferencias de los bailarines y es imposible quedarse sentado por falta de ganas cuando suena Tanturi en los altavoces.
               

                           
Cuando este pianista y odontólogo del barrio de Barracas presentó sus cartas credenciales en la maravillosa década del cuarenta, luego de los trajines inciales con orquestitas livianas, traía en sus alforjas al cantor Alberto Castillo que, como dije,  revolucionó el ambiente en 1939. A partir de ese momento fue una de las grandes atracciones de la radio y de los multitudinarios bailes de la época.

Cuando Castillo fue a buscar réditos de ese trabajo con Tanturi, formando rancho propio y filmando varias películas como actor-cantor, al director se le vino abajo el ánimo. Pero buscando y buscando al reemplazante logró dar con el uruguayo Enrique Inocencio Troncone, que cantaba en su país como Eduardo Ruiz y al que le cambió el apodo artístico, por Enrique Campos.

Campos, cuando cantaba con Laurenz-Casella en Montevideo, como Eduardo Ruiz

Y fue otro golazo del maestro de Barracas, que vivió un par de años en la Avenida Caseros, de Parque Patricios, cerca de casa. Campos encajó a la perfección en la orquesta y logró el milagro de hacer olvidar la etapa de Castillo. Era un cantor simple, sin afectación, cercano, que transmitía perfectamente lo que cantaba y lo hacía con un sentimiento musical hermoso.

El 4 de agosto de 1943 debuta en el disco con Tanturi, con el tango de Leopoldo Díaz Vélez y Luis Porcell,  Muchachos comienza la ronda y detrás, el vals de Raúl Iglesias y Juan Gatti, Al pasar. Dos temas muy lindos, redonditos, que lo empinan en la consideración popular. Ganó de arranque y como con el paso del tiempo lo iría siguiendo en sus actuaciones, llegué a conocerlo y era así, un tipo tierno, humilde. Como su hijo que fue muy buen jugador de fútbol y con quien nos comunicamos seguido, dado la época que compartimos cuando yo ocupaba un lugar como periodista deportivo.

Campos -der.- el día del debut con Tanturi. El pianista era Posadas. Fueyes: Iglesias, Gondre, Aguirre, Saettone y Ferraro. Violines: Guzmán, Salerno, Taibo y Husso. Contrabajo: Outeda.

Sí, estuve revolviendo papeles, libros, fotos, y me reencontré con la vieja barra de Parque Patricios. Le dábamos al fútbol y a la milonga sin parar. Vivimos toda la época del cincuenta de milonga en milonga y era algo maravilloso. Nos impregnábamos de tango y llenábamos el cuore de tantas emociones que parecía que nos desbordaban. El Club Huracán era nuestra guarida milonguera pero yo comencé a volar y a recorrer sólo las mejores milongas de la época y los reductos nocheros.

Sí, hoy me levanté milonguero y juega mi balero con los recuerdos de esta orquesta que continúa dándole cuerda a mis remos en las milongas europeas y en las porteñas, en cada vuelta al pago. Tanturi-Campos se mantienen en el candelero como entonces, sin mengua, porque empujan el cuore, la nostalgia y le dan gasolina al motor milonguero. Y que me quiten lo bailado....

                                             

Lo bailo sólo, por ejemplo, en estos dos temas que riegan el blog: Qué será de tí, tango del pianista Roberto Nievas Blanco y mi amigo Julio Jorge Nelson, grabado el 19 de febrero de 1945. Y Sombrerito, de Roberto Lambertucci y Norberto Guzmán -violinista de la orquesta-, realizado el 27 de abril de 1944.

Que será de tí - Tanturi-Campos

075- Sombrerito - Tanturi-Campos