De corte bien gardeliano y físico de cantor de ópera, curiosamente sus primeras apariciones en público fueron en pantalones cortos, porque le gustaba el boxeo, tan de moda en la Buenos aires de entonces, en que los barrios desbordaban de cantores, guitarreros y boxindangas. Lo practicaba en el Boxing Club Colegiales y un nocáut sufrido a tiempo, le hizo abandonar este deporte que le dejó el recuerdo del hueso de la nariz algo abollado.
Entonces, como buen hincha de Gardel, a la vez que trabajaba, comenzó a cantar en un Café, donde entrevió sus posibilidades, que fue despuntando brevemente en algunas orquestas con su itálico apellido: Falivene y el nombre de entrecasa: Tito, aféresis de Vicentito. Porque se llamaba en realidad Vicente José Falivene. Pintaba para cantor de orquestas como Di Sarli o Fresedo, por su estilo, cuando se presentó a uno de aquellos concursos de vocalistas tangueros que tanto apasionaba por entonces.
En este caso lo organizaba la firma Puloil, un polvo limpiador de vajilla, que convocó a una ristra de aspirantes a la popularidad canora. Y lo ganó con apenas 18 años, gracias al voto del numeroso público oyente, cantando Lo han visto con otra y Confesión. Y de paso cañazo, un contrato de seis meses en radio ganando 500 pesos mensuales.
Se dió cuenta que podía desarrollar una carrera y comenzó a tomar lecciones en la Academia PAADI de Luis Rubistein, donde conocería a Fidel Pintos, el futuro cómico, que sería su primer representante. Y la oportunidad le llega cuando se retira Carlos Casares de la orquesta de Juan D'Arienzo, que decide probar a varios cantores, para sucederlo. Se realiza la prueba en la mítica sala B de Radio El Mundo, y Fulvio Salamanca es el encargado de probar a los aspirantes que son bastantes. Cuando Tito Falivene canta La mariposa, en el estilo bien gardeliano, la sonrisa final de Salamanca, que a su vez recibe el guiño de D'Arienzo, lo dice todo.
La orquesta de D'Arienzo con sus cantores Mauré y Reynal |
En esta hermosa etapa que dura cuatro años, Mauré aporta 50 registros con el director de Balvanera. El último será Amarras, de Carmelo Santiago y Carlos Marchisio, realizado el 21 de julio de 1944. Y comienza su celebrada etapa de solista, que lo llevará a dejar de recuerdo sus 293 grabaciones. Lástima que, como suele suceder en un país cainita, por su adscripcion al peronismo, con la caída del gobierno de Perón en 1955, debido a un golpe militar, es prohibido en radio y televisión y en su ostracismo sólo le queda el resquicio de cantar en un boliche de La Paternal.
Antonio Maida presenta a Mauré, junto a Centeya |
111- Tan sólo tú - D'Arienzo-Mauré
112- Judas - D'Arienzo-Mauré
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