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miércoles, 26 de noviembre de 2014

La Malanca

Patrica Malanca, esa mujer que me encanta por la capacidad de interpretación que tiene para transmitir la fuerza y emoción que encierran los temas que canta, decidió convertir al tango, algunos de los temas de un ídolo suyo: el impagable cantaautor cubano Silvio Rodríguez. Todo indica que el esfuerzo puesto en el intento, con el visto bueno del artista, está logrando importantes  rentas artísticas y el esfuerzo de esta psicóloga de Avellaneda, metida con el alma en el tango, consigue así el resultado buscado por ella.

La Malanca quería grabar un disco y de repente se preguntó: "¿Y porqué no Silvio?". Y  después de asegurar que Silvio "cinceló mi forma de ser y mi personalidad", explica fervorosamente -como es ella- las peripecias vividas en torno a este trabajo que le entusiasmó tanto:

- Este disco es un abrazo con la simiente, es el abrazo con el padre, el abrazo con una pareja de iniciación, el abrazo del amante, el abrazo de creador, el abrazo enamorado.

                                           


Así define Patricia a esta propuesta diferente y nada sencilla por otra parte, cuando decició homenajear al cantaautor cubano reversionando sus canciones en melodías de tango.

-El tango se merecía a Silvio y Silvio se merecía al tango. La habanera es una de las simientes del tango, y en mi opinión, creo que el futuro más inmediato del tango, está en la fusión con otros ritmos latinoamericanos.

Más allá de que esta conjunción se lleve realizando desde hace mucho tiempo, con tangos convertidos a otros ritmos o boleros, canciones de toda América en tiempo de tango y demás, el intento de la Malanca está abonado por nutrientes que explican su forma de ver y entender la vida y muchos problemas de la actualidad en el mundo entero.

                                           



-Este disco es un prolongado y concienzudo estudio de la obra de Silvio Rodríguez, así como el uso de la intuición -que es lo más humano que va quedando para conducir utopías-, y que nos permitió seleccionar de su obra los temas más tangueables y más vinculados con la identidad urbana de las historias de tango.

El CD contiene 11 obras de Silvio Rodríguez, y está arreglado, producido y grabado, por Martín Elizalde -del conjunto Falsos Profetas- y la colaboración de Acho Estol -de La Chicana- y Rafael Varela. Además está mezclado por Artiel Lavigna, habitual colaborador de Pedro Aznar y Ruben Blades.

                                               


-Es una gran producción mía. Hacer este disco costó 80 mil pesos, lo digo para que sepan los que quieren producirse - remata la cantante.

Como muestra de este CD titulado Aunque nadie te vea nunca conmigo, podemos ver este videoclip en el que interpreta Alguien, uno de los once temas del disco. El mismo fue realizado este año en Parque Patricios durante un festival callejero, y la acompañan los músicos Noelia Sinkunas, Pablo Clavijo, Germand Rudminski, Alejandro Montaldo y la dirección general musical estuvo a cargo de Rafael Varela.

Y en mi barrio no me podía fallar la Malanca...

                 
                                                   

martes, 25 de noviembre de 2014

Sexteto Tango

En la década del sesenta, el tango estaba atravesando un largo bache. Habían desaparecido prácticamente las milongas, con cientos de miles de personas que aportaban su entusiasmo y pasión en los bailes de los clubes; se había restringido el acceso a las orquestas en las emisoras radiales, y los nuevos ritmos foráneos se ganaban el espacio de los jóvenes.

Las orquestas iban desapareciendo, reduciendo su trabajo, salvo algunos casos como los de Héctor Varela o D´Arienzo con sus cantores Mario Bustos y Jorge Valdez, especialmente. El mismo Aníbal Troilo se veía obligado a actuar con el cuarteto, porque no se podían sostener el costo de una orquesta, dado que escaseaban las presentaciones, y la televisión lo aportaba en cuentagotas.

                                     


En 1968, seis integrantes de la orquesta de Osvaldo Pugliese pensaron  formar un conjunto, adecuándose a la crisis y achicándose. Y, aunque sus integrantes, continuaron durante un tiempo con Pugliese, que ya había barajado esa idea y estaba enfermo, finalmente se independizarían y se integrarían bajo el rubro de: Sexteto Tango. Eran Osvaldo Ruggiero y Víctor Lavallén en bandoneones,  Emilio Balcarce, Oscar Herrero en violines, Julián Plaza al piano, Alcides Rossi en contrabajo y el cantor Jorge Maciel.

Recuerdo  perfectamente la expectación que marcó el debut del Sexteto en Caño 14, ese reducto tanguero de la calle Talcahuano, donde íbamos a escuchar a Troilo, al Polaco, a Francini-Stamponi, a Rubén Juárez y nos llenábamos el alma de tango. El Sexteto de esos grandes músicos y arregladores nos convocaba e íbamos a experimentar la sensación de seguir escuchando a Pugliese o a un nuevo conjunto, con ideas distintas, aunque el paso por la orquesta de Don Osvaldo siempre marca.

                                 


Y, efectivamente El Sexteto Tango confirmó gratamente las expectativas, con aires renovadores y con el maravilloso trabajo de sus arregladores: Plaza, Lavallén, Ruggiero y Balcarce. Fue una noche inolvidable y los volví a ver a medida que iban incorporando nuevos temas, arreglos distintos y un sonido impecable, repetando siempre las melodías originales, pero introduciendo sus ideas musicales.

Por supuesto compré de inmediato el primer LP que sacaron al mercado y cuando salíamos de Radio El Mundo en el programa que compartía con Antonio Carrizo, su presentador-director, nos íbamos a comer al bar de enfrente y charlábamos. Justo hablamos del nuevo Sexteto y Tony me decía que los veía muy efectistas. Y ahí estuvimos discutiendo larga y amistosamente sobre el tema. Yo le decía que no eran Piazzolla pero tampoco Pugliese, aunque conservasen algo de la marcación de su viejo maestro director, y me encantaba la música que hacían.

                                         


Luis Sierra, el gran musicólogo que tuvo el tango, recibió ese primer elepé del Sexteto -que compré en el acto-  y escribe a lo largo de toda la contraportada, a 6 columnas, su opinión elogiosa sobre el mismo. Allí dice cosas como ésta:

-Esa tanguicidad auténtica del "sexteto", vuelve ahora a cobrar llamativa actualidad en la concepción creador de un conjunto compuesto por  talentosos intérpretes, todos de brillante trayectoria y prestigiosa personalidad. Pero el flamante SEXTETO TANGO, es algo más ¡y mucho más!, que la conjunción de los valiosos aportes individuales de sus integrantes. Constituye una nota original, novedosa y de asegurada proyección en la interpretación del tango, la que corrobora la perfecta posibilidad de la continuación o la derivación de la estructura esencial de un estilo consagrado, sin incurrir en la réplica común, o en la vulgar imitación del mismo.

                                         


A mí estas palabras del Doctor Sierra me llevan a recordar a muchos conjuntos de la actualidad que se limitan a trabajar sobre las partituras de las grandes orquestas del cuarenta, intentando tocar como lo hacían aquellos conjuntos, sin agregar nada nuevo y perdiendo ampliamente en la comparación. Y continúa el mismo Sierra en su análisis exhaustivo.

-Es natural que la prolongada actuación de los integrantes del SEXTETO TANGO en la orquesta de Osvaldo Pugliese, haya ejercido una notable influencia en la sensibilidad temperamental de los mismos. Pero es también evidente que, por su inicial formación tanguística fueron convocados cada uno de ellos para incorporarse al celebrado conjunto. Lo cierto es que las figuras fundamentales de la orquesta de Osvaldo Pugliese han conseguido conferirle fisonomía propia y autonomía estilística a un "sexteto", que por sobre la amplia solvencia profesional de quienes lo integran, expresa un mensaje de tango distinto, con una incisiva penetración rítmica diferente, con una llamativa y a la vez clara riqueza armónica, y una calidad musical impecable.

                                                         
                                               


El Sexteto Tango, que debutó en televisión de la mano de Nicolás Mancera, grabó 17 elepés que se vendieron en numerosos países, porque el Sexteto visitó artísticamente varias ciudades de América, Europa y Japón, donde grabarían un disco para la CBS Columbia. Yo los vuelvo a recordar desde aquella primera noche que debutaron en Caño 14 y el primer disco que me firmaron junto a las palabras de Sierra, en Mar del Plata, donde estaban actuando.

Y acá dejo una pequeña muestra de este gran nivel artístico que mostraron durante más de 20 años, enriqueciendo los sonidos del tango con su jerarquía de músicos y la voz de Maciel, además de otros vocalistas que fueron incorporando y el elepé que grabaron con la intervención del Polaco Goyeneche.

Los traigo en el tango de Emlio Balcarce: Luna y misterio. Y con este inolvidable tangazo de Julio De Caro: El arranque. Arte.

07- Sexteto Tango - Luna y misterio

08- Sexteto Tango - El arranque






lunes, 24 de noviembre de 2014

Guillermina Quiroga





Clavel del aire, muchacha de La Plata
 aprendiste a andar-bailar al mismo tiempo.
Venís de aristocráticos danzares
y aplicaste tu savia en la milonga.



El tango se hizo carne en tu alma dócil
deslumbrada por Copes-María Nieves,
alimentada por sonidos de vitrolas,
por el canto de Gardel y Julio Sosa.
Te dieron chapa milonguera, Osvaldo Zotto
su hermano Miguel Ángel y Milena
las clases con el maestro Balmaceda,
o el cruce con el Pibe Avellaneda.




      
                                                                  
De clásica a milonga sin escalas.
La polenta del gotán te mandó un guiño,
te brindó en el arranque su cariño
y del ballet te viniste con las alas.
En tango de salón o de escenario
nos dejás tu pisada como un halo
y en el derroche de tu baile suntuario,
te mandás con Cervila, un gran Escualo.







Serpiente, pez, araña, anguila,
elemento del aire como Sílfide,
trascendiste los límites del tango
descubriéndole nuevos horizontes.
Te saluda la Rosa de los vientos 
cuando emergés sobre el norte de tu cuerpo
jugando con la música y el partner
y desafiando a la Ley de gravedad.




Son la elegancia, técnica y pasión,
argumentos que construyen su maestría, 
y el sentimiento de la música, razón
que le impulsa a construir alegorías.
Airosa con la gente en la compulsa,
pues todo es baile, el fino y el más reo,
nos gana con su cuerpo en el mimbreo
por la oración sonora que la impulsa.

Los guantes de sus pies besan el suelo
la bisagra se curva en la cintura
las piernas se vuelven mariposas
y vuelan espoleadas por la música.
Tu aparente fragilidad es el anzuelo
para deslumbrar a los que miran tus piruetas.
Donde pisás surgirán flores de loto
musa terpsícore, de doctos milongueros.




De La Plata se trasladó al Abasto
para afinar -gardeleana- su carrera,
que ganaría a lo crack, como Yatasto
y el mundo aplaudiendo a esta TANGUERA









sábado, 22 de noviembre de 2014

Bien milonga

Hay que lustrar los tamangos y prepararse a full para la velada del sábado, donde el Tango es el Rey.

                      
                                                           

viernes, 21 de noviembre de 2014

Szymsia Bajour

Nació en Nasielsk, Polonia, se naturalizó argentino después de haberse criado en Buenos Aires desde los 11 años de edad, militó en varias orquestas típicas, en Sinfónicas y llegó a ser unos de los más grandes violinistas del mundo. En la ciudad de origen, vecina a Varsovia, su padre regentaba una Confitería a la cual acudían muchos jóvenes y personas mayores. Tenían un buen pasar pero los tambores de guerra estaban sonando y pronto Polonia caería bajo las garras del nazismo. Por eso, antes del desastre decidirían trasladarse a Argentina.

En la radio que tenían en la casa de Polonia, podían captar emisoras húngaras, y a través de ella escuchó un día el pequeño Szymsia (Simón en castellano), a unos tzigani violinistas ejecutando diversas melodías, y el sonido que sacaban aquellos gitanos húngaros, se le prendió en la oreja y el alma. Así su padre se vio obligado a comprarle un violín y estudiar con un maestro del pueblo que al comprobar su evolución, lo acompañaría permanente a Varsovia a perfeccionarse con el Profesor William Khrysthal.

                               
Szymsia Bajour


Ya establecidos en Buenos Aires, la estaban pasando mal y el padre leyó un aviso en el periódico solicitando un violinista para orquesta típica. Allí fueron padre e hijo de 11 años y en el fondo de una casa, un grupo de hombres les saludaron, y el que parecía el jefe le dijo: "Dele pibe, tóquese algo". Un tanto cohibido ante la situación extraña para él, el chico desenfundó el violín y tocó una pieza clásica. Los allí reunidos se miraban entre ellos asombrados y el niño no sabía muy bien que pasaba. La realidad es que eran músicos que tocaban a la parrilla y la ejecución del chico los dejó perplejos.

Debieron escribirle su parte en una partitura y así debutaría en el tango, de pantalones cortos, para los Carnavales del Club Hurlingham. Ganaría once pesos por noche y con eso ayudaría a la afligida familia, pero además, jamás dejaría de estudiar un sólo día, para perfeccionarse. Cuando ya trabajaba en orquestas de tango de renombre, ya fuera en confiterías, salas de grabación o radios, cualquier descanso era para él apto para estudiar. Así lo escucharía Aníbal Troilo en el Tibidabo, y se quedaría absorto, metido en la música de Bajour.

                                                         
En la orquesta de  Miguel Nijensohn, en medio, a su izq.

En su carrera dentro del tango pasó por numerosas orquestas. Con la de Roberto Belo, hacían los cambios en el Tibidabo a Pedro Maffia y Aníbal Troilo. Luego militó en las orquestas de Tito Martín (el que imitaba a D'Arienzo), Edgardo Donato, Emilio Balcarce (cuando acompañaba a Alberto Marino), Enrique Alessio, Carlos Demaría, Roberto Dimas, Roberto Caló (Bailaba yo con ellos en la Nóbel), Miguel Caló, Joaquín Do Reyes, Atilio Stampone-Leopoldo Federico, Florindo Sassone, Miguel Nijensohn, Carlos Di Sarli, Osvaldo Pugliese ( en la gira por China y japón), Los Astros del Tango (dirigidos por Argentino Galván) y el quinteto Nuevo Tango de Ástor Piazzolla. En varios de estos conjuntos actuaba simultáneamente en radios, grabaciones, confiterías. A su mesa habitual del Café de Corrientes y Libertad, acudían los directores necesitados de un violinista de urgencia.

                                    
Con la orquesta de Pugliese en China, detrás de Herrero

En la orquesta de Di Sarli le tocó hacer el solo de violín de A la gran muñeca, o los memorables pajaritos de El amanecer.  Precisamente, una noche de 1950 que actuaron en la Sociedad Española de Valentín Alsina, cuando el "rusito Simón", dió el paso al frente para hacer el solo del tango de Osés y Ventura, una mujer se paró frente al palco para admirarlo.  Éste le devolvería la mirada, y cuando bajó y le tocó actuar a la Jazz, la sacó a bailar y desde esa noche se uniría para siempre con Totona (María Teresa Duro). Con ella tendría dos hijos: Cecilia y Claudio.

                                 
Bajour, izq, junto a San Pedro, Leopoldo Federico y Gosis. 1958 en TV


Bajour se había inscripto en el Partido Comunista y con las sucesivas dictaduras pasó a integrar las famosas "Listas negras". Él simultaneaba en la Orquesta Sinfónica Nacional, cuando estaba con Di Sarli, pero cuando llegaron las primeras señales de riesgo, salió para Cuba, contratado por la Sinfónica Nacional. Gracias a ello fue invitado a estudiar en el Conservatorio Nacional Tchaikovsky de Moscú, donde estuvo dos años. Y al regreso a Buenos Aires, porque el Rusito era un porteñazo cabal, tuvieron dificultades hasta que lo llamaron para el Teatro San Martín.

                                                     


Este tanguero de alma, integrante de Sinfónicas argentinas, de México, Cuba, de las Américas y que participara en giras de concierto por numerosas ciudades del mundo, fue convocado por Ben Molar en 1975, para ese disco-homenaje a Julio De Caro. Allí le tocó ejecutar como solista, acompañado por Luis Stazo y Armando Cupo, el tango del propio De Caro: Todo corazón. Una maravilla, que acá podemos escuchar a continuación.Y también les dejo, su participación con Piazzolla en el CD: Piazzolla interpreta a Piazzolla con su Quinteto Nuevo Tango. Es en 1961, y Bajour grabó solamente este tema: Adiós Nonino, antes de partir para Cuba.

Los 14 deJulio De Caro - Todo corazón

01- Adiós Nonino - Quinteto Nuevo Tango -Piazzolla







jueves, 20 de noviembre de 2014

12 Tangos

Hoy salió el sol en Madrid y el tango termina de iluminar esta deliciosa matinatta. Florecen en mis oídos y mi cuore unos cuantos tangos, de esos que te empinan el alma, y de paso cañazo, unos valsecitos que me levantan de la silla y me llevan a dibujar solo en el cuarto. Y entonces, a continuación repaso una serie de ítems que pienso subir al blog y van pasando imágenes y sonidos.

Justo un jueves, que es el centrojás de la semana, el que repasa los lindos momentos vividos desde el lunes, anche, y uno prepara los camambuses para la milonga del sábado, y la busarda para los ravioles del domingo. El viernes es el día es que los laburantes agitan el pañuelo de despedida -¡hasta el lunes!- a los horarios y menesteres del trabajo y se aprestan a vivirla, que son dos días.

                                       
La Catedral


Y voy al grano. En este repaso al bardo, para hacer honor al título del blog, recuerdo algo que me gustó mucho. La directora alemana de cine, Arne Birkenstock, viajó a Buenos Aires, y como si fuera una porteña de rompe y raja, se puso a bucear en todas las posibilidades que le ofrecía el tango y se mandó una hermosa y novedosa película, en piccolos capítulos.

Parecía tener el alma engrasada con el espíritu del tango, porque logró escenas emocionantes para nosotros. Y entonces me pongo cabrero, al recordar lo mal que trataron en su propio país, el cine y la cultura, al tango argentino. Esta mujer, alemana, logra sacar partido de algo que nuestra gente no supo hacer. Porque jamás hubo apoyo gubernamental para vender todo lo relacionado al tango. Al contrario, le dieron la espalda. Y los extranjeros pareciera que sí le encuentran el filón.

                                            
La exquisita Guillermina Quiroga

Ya he pasado algunos capítulos de este filme pero hoy me detengo en las secuencias filmadas en La catedral, esa milonga porteña con aire otoñal, situada en Sarmiento 4006, en el barrio de Almagro. La experta bailarina Guillermina Quiroga realizó la sorprendente coreografía, en este caso, y la pareja de bailarines la forman Gisela Galeassi y Gaspar Godoy.

Pero en la orquesta que dirige desde la guitarra, con música suya, Luis Borda, aparecen nenes como Pepe Libertella, Julio Pane y Pablo Mainetti en los fueyes. Y hay músicos como Marcello Marcelli, Diego Schissi, Oscar Giunta y otros. El ambiente es sencillamente hermoso y poético. Los invito a verlo. Se llama Ironía de salón.

                               
   

Y ojo, que no podemos quedarnos solo en esta muestra, que es divina. Ya dije, para quienes no la vieron,  que como anuncia el título del filme, se trata de doce escenas bien tangueras, con músicos y cantantes. La selección está muy bien realizada y ha tenido una enorme repercusión en países como Alemania o Japón. Incluso ha sido trasladada a CD y eso permite que sigan disfrutándola.

En este cuadro que viene a continuación, intervienen varios músicos destacados, cuyos nombres figuran en el video y ejecutan la milonga de Pablo Laurenz: Milonga de mis amores. Y entonces se entrelazan los milongueros y la fiesta se agranda como si se tratase de una milonga tan de moda hoy día en casi todo el mundo. Y en la orquesta hay tiempo y espacio para que se luzcan todos los integrantes de la misma.


Papita p'al loro.

                                 
                                                                                          

miércoles, 19 de noviembre de 2014

El entrerriano

En otra oportunidad me ocupé de este tango que, según todas las informaciones, fue la primera partitura registrada, a fines del siglo XIX y su autor fue un negro, Rosendo Mendizábal, pianista de buena familia, que firmaba sus primeras composiciones como A. Rosendo. Lo han grabado infinidad de orquestas, porque además de tener gran importancia en la historia del género, tiene una gran calidad musical.

El propio Mendizábal lo estrenó con el piano en la casita de María la vasca (Europa -hoy Carlos Calvo- 2721), y por el inmenso reconocimiento que tuvo entre la población, ayudó y mucho en la consolidación del tango. Se ha ejecutado siempre como pieza instrumental, aunque en 1906 Ángel Villoldo le adosó unos versos para que lo cantase Pepita Avellaneda. Y muchos años más tarde, Homero Expósito, a pedido, le escribió una letra al tango, basándose en las historias sobre la creación de Mendizábal.

                                                     


Porque la anécdota dice que Rosendo estaba tocando una noche en que se festejaba el éxito de un pingo en Palermo y varios de los agraciados, incluidos jockeys y cuidadores, concurrieron esa madrugada a la casa de María la vasca, donde se bailaba y se tomaban copas. Y fue allí donde Rosendo estrenó su tango que no tenía título. Finalmente la misma vasca aconsejó que se lo dedicara a un señor de la provincia de entre Ríos, apellidado Segovia y admirador de Mendizábal. Y por eso lleva dicho título, que el aludido agradeció con una suculenta propina para el músico.


Rosendo Mendizábal
                   


Por eso la letra que creó Expósito, pinta aquel ambiente y aquellas noches de tango y parranda.

El Entrerriano

Sabrán que soy el entrerriano,
que soy
milonguero y provinciano,
que soy también
milonguero y compadrito
y aguanto el tren
de los guapos con tajitos.
Y en el vaivén
de algún tango de fandango,
en el querer
voy metiéndome hasta el mango,
que pa'l baile y pa'l amor
sabrán que soy siempre el mejor.
                                                 
¿Ven, no ven lo que es bailar así,
llevándola juntito a mí
como apretando el corazón?...
¿Ven no ven lo que es llevarse bien
en la cortadas del querer
y en la milonga del amor?...

Todo corazón para el amor
me dió la vida
y alguna herida
de vez en vez,
para saber lo peor.
Todo corazón para bailar
y haciendo cortes
al sur y al norte
suelen gritar
que El entrerriano es el gotán.

Este tango jamás pierde vigencia y desde sus primeras grabaciones, al día de la fecha. siguen tocándolo y grabándolo diferentes conjuntos. Incluso Ástor Piazzolla, en 1955 lo registró con su ya legendario Octeto Buenos Aires, integrado por el propio Ástor y Leopoldo Federico en bandoneones, Atilio Stampone al piano,  Enrique Mario Francini y Hugo Baralis en violines, Horacio Malvicino en guitarra eléctrica, José Bragato en violoncello y Juan Vasallo en el bajo.

                                       


Al respecto, Francini -según cuenta Leopoldo Federico-, cuando Piazzolla empezó a ganar prestigio, le pedía: ¿Porqué no escribís algo más comercial, sabés la guita que podemos ganar...". "Y así salió el arreglo de El entrerriano. ¡Una joyita! Lo hizo un lunes viajando de La Plata a Buenos Aires -recuerda Leopoldo-. Cuando el jueves se juntó con los músicos en la radio traía el arreglo para cada uno de ellos. Creando, armonizando, era un fenómeno.

Y Piazzolla, en las páginas que acompañan a ese disco (me quiso matar cuando elogié al Octeto, en un reportaje que le hice en radio y me dijo que éso era muy viejo...), cuenta:

-El Entrerriano (Rosendo Mendizábal). El tema principal (1er. compás) se presenta con armonías politonales. El resto siguen dentro de un marco rítmico totalmente nuevo para este tipo de obra, su tratamiento armónico también es nuevo. Concluye con una variación rítmica sobre la composición original, improvisando de fondo Horacio Malvicino.

Y entonces vamos a escuchar esa grabación de El entrerriano por el Octeto Buenos Aires, dirigido por Ástor Piazzolla. Y poniendo la marcha atrás,  hacia los años cuarenta, les dejo también esta grabación de la Orquesta Radio Víctor Argentina, dirigida por ese maestro del fueye, Federico Scorticati, registrado el 6 de noviembre de 1940.

Octeto Buenos Aires - El entrerriano

08- El entrerriano - Orq. Radio Victor Argentina