Considero que es importante recordar la obra de este talentoso sainetero, comediógrafo, poeta, que dejó un tendal de obras teatrales y de tangos durante toda su etapa productiva. Una etapa que fue larga, homogénera, criollista y exitosa. Nacido en el barrio de Almagro el 1 de abril de 1888, pero criado en el barrio de Villa Crespo, nunca dejó atrás a esas calles donde creció y y en las cuales se fue familiariarizando con el habla de los amigos, vecinos, comerciantes y demás que habitaban aquellos conventillos proletarios, con inmigrantes europeos que buscaban un nuevo destino.
Debutó como autor teatral cuando apenas contaba 17 años, lo que es toda una demostración de capacidad visual, imaginativa y literaria. Había trabajado como ayudante en un juzgado y esa primera obra se llamó precisamente: El juzgado, representado por un grupo en el que aparecía como organizador un joven llamado Carlos Perelli que, con el tiempo sería un reconocido actor.
Fue compañero de colegio de Armando Discépolo y mantuvieron una amistad cercana a lo largo de los años, aunque la obra de uno y otro era completamente distinta en su enfoque y desarrollo. A Vaccarezza se lo reconoce como el creador del sainete y siempre se desempeñó en este tipo de género chico criollo. Con el agregado de que para estas piezas teatrales siempre escribía tangos que también entrarían en la órbita popular a través de cantantes y orquestas típicas.
Siguió escribiendo sus obras para el grupo de Perelli, siempre lejos de los grandes escenarios, hasta que se presenta a un concurso organizado por el dueño del Teatro Nacional, Pascual Carcavallo. Su obra Los scruchantes (Ladrones que entran a robar en las casas), obtiene el primer premio y será estrenada en el mismo teatro céntrico en julio de 1911. Ello le abrirá para siempre la puerta grande de los escenarios.
Entre su vastísima obra cabrá destacar especialmene el éxito obtenido con la representación de Tu cuna fue un conventillo, Juancito de la Ribera, El conventillo de la paloma (estrenada el 5 de abril de 1929, record de público, en el teatro Nacional, pasó las 1000 representaciones en 1930) , Lo que le pasó a Reynoso, Cuando un pobre se divierte, Conventillo nacional, Todo el año es carnaval, Villa Crespo, El arroyo Maldonado, Murió el sargento Laprida, Todo bicho que camina va a parar al asador, Entre taitas anda el juego, Va cayendo gente al baile y una lista que supera las doscientas obras.
Pintaba graciosamente en un versito la fórmula para crear un sainete:
un italiano encargado,
un gallego retobado,
una percanta, un vivillo,
dos malevos de cuchillo,
un chamuyo, una pasión,
choque, celos, discusión,
desafío, puñalada, aspamento,
disparada, auxilio, cana, telón."
Alberto Vaccareza (Se llamaba Bartolomé Ángel Venancio Vaccarezza), falleció el 6 de agosto de 1959, con 71 años dejando una enorme obra teatral y tanguera, además de su trabajo incansable al frente de las entidades señaladas.
Podemos recordarlo a través de dos temas suyos. El primero: Araca corazón, que lleva música de Enrique Delfino y lo canta Julio Sosa, acompañado por la orquesta dirigida por Leopoldo Federico.
Y el valsecito Muchachita porteña, compuesto con Mariano Mores, que grabara Juan D'Arienzo con la voz de Héctor Mauré, el 29 de abril de 1942.
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