TESTIMONIO LÍRICO
Stampone, Salgán, Astor Piazzolla y Troilo
con Pugliese te alhajan de gorjeos.
Cuerda de finas hebras de llovizna
te dispersas en ritmo, en vocinglera
melodía de espuma sobre el mundo;
eres entonces "pájaro campana",
garganta de la aurora, chingolo de baldío,
rumor de picaflor sobre una dalia.
Mi barrio -Buenos Aires- lo proclama sin énfasis,
mi corazón lo afirma copiándote el acento
y llevándote al cuenco más hondo de mi sangre
como a pichón de hornero.
Porque eres de mis juanes la nochecita llena
de besos, serenatas y cita en los zaguanes,
te digo en el recuerdo que abulta mis afectos:
-Somos hermanos, somos hijos del mismo pueblo,
temblor, ráfaga suelta, gota de agua, sonrisa,
hilván de la penumbra en una calle,
mate amargo, bizcocho, cigarrillos, puchero,
frescura de rocío, parecita, silbido,
hoja de menta, luna colgada en un potrero,
sonido de cigarra.
Hablo tu misma lengua, Juan Tango; de tu nombre
llevo en mi corazón de sal una paloma,
una armónica, un grillo, una luciérnaga.
Soy tu hermano de leche hasta que venga
la muerte con su lámpara de azufre
a quemarme los huesos, la mejilla
pegada a tus raíces.
José Portogalo
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