Es cierto que se le critica por cierta chabacanería en algunos éxitos fáciles que fabricara Juan D'Arienzo con su orquesta y la modalidad que le imprimió en la segunda mitad del cincuenta y el sesenta, como Chichipía, Chamusquina y otros títulos, pero no son tantos los que pueden presumir de una obra de peso popular como la que fabricara este hombre del tango.
Carlos Waiss |
Bastarían títulos suyos como Yuyo brujo, Cartón junao, Andanzas, Soy del noventa, Lenguas de fuego, Por dos caminos, Si supiera que la extraño, Un tango y nada más, A mí me llaman Juan Tango, Oro de ley, No nos veremos nunca, Cruz Maidana, Que tarde que has venido, Yo te canto Buenos Aires, Santa madrecita, Chaparrón, El raje, Bien pulenta, Con alma de tango, A suerte y verdad.... El valsecito entrador Esa noche, que grabó De Angelis con Julio Martel. Y hasta hizo un tango con Ástor Piazzolla: Crucecita. Estoy citando sólo un manojo de su obra.
Y si bien es cierto que Juan D'Arienzo y Héctor Varela fueron quienes más propulsaron sus temas, otras orquestas también incluyeron creaciones suyas en su repertorio, como hiciera Carlos Di Sarli con el tango del título que llevó al disco con la voz de Jorge Durán. En una de las tantas charlas que tuve con Julián Centeya, éste no escatimaba elogios hacia la pluma de Waiss. Y me decía entre otras cosas:
-No me explico cómo no se le da la manija merecida, con la cantidad de increíbles éxitos que ha logrado. Por más que le busquen el pelo en la sopa, Waiss es un poeta de calado tanguero hasta la médula y sus versos están plagados de aciertos. A ver si ahora es fácil escribir estos tangos, esas milongas que tienen una polenta bárbara y que cantaron y cantan y bailan los barrios porteños...
Calos Waiss está entre Aníbal Troilo y Agustín Magaldi (h) en el debut radial de éste. |
Hoy me detengo en Un tango y nada más, que musicalizaron el pianista Armando Lacava y el bandoneonista Juan Pomatti. En el mismo, Waiss le da rienda suelta a la nostalgia, mira hacia atrás, su infancia humilde, el barrio proletario, la amansadora de la pobreza, los sonidos enraizados, la fidelidad a su mundo cotidiano y en la danza de recuerdos, buscando incluso a aquel amor perdido...
Un tango más, un gorrión de barrio viejo
llega moliendo su cruel desilusión,
rodando van los recuerdos de mi vida
mi vida gris que no tiene ya canción.
Dónde estarán los que fueron compañeros,
mi amor primero y un claro anochecer;
y ese silbido llamando de la esquina
hacia el calor de aquel viejo café.
Quién sabe donde está
lo que perdí, loco de afán,
del tiempo que pasó
solo quedó...
un tango más.
Tan solo un tango más
que trae fracaso de no ser,
cansancio de mi andar
la vida que al rodar
sólo dejó...un tango
y nada más.
En la primera bis abunda en la pintura inicial, dejando claros sus sentimientos y la cromática de esos conglomerados de familias inmigrantes que poblaron los barrios suburbanos, el almacén y el boliche de la esquina, con su runfla de muchachos. Estos contadores de historias, como Waiss,que reflejan sus desvelos y sus nostalgias en letras de tango, merecen ser recordados siempre. Y su obra perdura por el acierto con que fueron retratados sus personajes y sus sueños.
Carlos Di Sarli con su orquesta y el cantor Jorge Durán, lo grabaron el 5 de julio de 1945. Nosotros lo seguimos escuchando y bailando.
Un tango y nada más - Carlos Di Sarli-Jorge Durán
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